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La palabra Scrum viene del inglés y tiene su origen en el rugby. En este deporte hace referencia a la buena comunicación entre los jugadores del equipo, donde cada uno desempeña un papel para alcanzar un objetivo común. Esta misma filosofía trasladada a la gestión de proyectos y procesos es lo que se conoce en el sector de desarrollo de software como metodología ágil Scrum.
Hoy en día, esta metodología se ha convertido en un modelo muy popular, ya que permite aumentar la productividad, el enfoque y la colaboración entre los miembros de equipo para obtener resultados de calidad en menos tiempo.
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Scrum es un marco de trabajo ágil a través del cual los miembros de un equipo abordan problemas complejos adaptativos realizando entregas de pequeñas partes del trabajo Así, se van implementando cambios y logrando un producto de calidad.
En Scrum hay tres funciones clave: Product Owner, Scrum Master y el equipo.
El Product Owner se ocupa del producto en qué está trabajando el equipo. Además, define las tareas pendientes en función de su prioridad. También gestiona la carga de trabajo, controla la calidad de los productos y está en contacto con los clientes.
El Scrum Master, por otro lado, se ocupa del proceso de desarrollo del producto. Su objetivo es agilizar el proceso y eliminar posibles obstáculos. También se encarga de que el equipo no se sobrecargue con las tareas.
El equipo es quien se ocupa de completar las tareas, manteniendo siempre un alto nivel de colaboración y comunicación. Los equipos suelen estar compuestos por 7-10 personas, entre las que se incluyen expertos en diferentes áreas.
Existen seis principios de Scrum que ayudan a definir qué es. Además, es necesario comprender también los cinco valores principales de Scrum.
Cualquier equipo puede adoptar la metodología Scrum y aprovechar todos sus beneficios, aunque no hay que olvidar que también existen algunas desventajas.
Una de las ventajas clave de Scrum es que es bastante simple de comprender y de aplicar, además de ser una metodología flexible y adaptativa. Se pueden hacer cambios en cualquier etapa del proyecto sin que esto afecte al resultado final, por lo que es ideal para equipos dinámicos y proyectos con cambios constantes. En este sentido, la flexibilidad que ofrece permite mejorar la calidad del producto sobre la marcha, ya que los principios de Scrum ayudan a reaccionar de manera oportuna e implementar mejoras siempre que sea necesario.
Otra ventaja de Scrum es la rapidez debido a su sistema de organización del tiempo. Esta metodología también ofrece un mayor nivel de transparencia, ya que todos los cambios deben estar visibles para todas las partes interesadas. Por último, promueve una comunicación continua mediante las diversas reuniones y reflexiones colectivas que requiere el modelo Scrum.
Es importante conocer también las limitaciones de Scrum antes de aplicar esta metodología. Con frecuencia, los proyectos Scrum pueden sufrir corrupción de alcance. Esto ocurre cuando la fecha de entrega final queda en segundo plano y el equipo se centra más en los deadlines previos, lo retrasa el trabajo. Además, es una metodología que depende mucho del equipo y requiere de colaboración y de personas expertas. Cabe mencionar que esta metodología se adapta mejor a equipos y proyectos pequeños, aunque ya se han desarrollado modelos compatibles con proyectos grandes.
El modelo Scrum se puede aplicar en diferentes ámbitos de trabajo, una metodología ágil que, combinada con las herramientas y tecnologías adecuadas, puede ofrecer numerosas ventajas en la gestión de proyectos.