La creciente globalización de los mercados, las empresas y la economía, el auge de las transacciones digitales y las nuevas formas de hacer negocios hacen que sea imprescindible contar con una legislación fiscal común que brinde garantías a los diferentes actores involucrados en esas operaciones. Además del comercio internacional de bienes y servicios, el flujo de personas que realizan trabajos transfronterizos también está aumentando, por lo que la fiscalidad internacional está adquiriendo un carácter cada vez más ubicuo, y la formación especializada como un máster en Fiscalidad Internacional o de un enfoque más amplio como un máster en Dirección Financiera son cada vez opciones más interesantes.
Definición de fiscalidad internacional
La fiscalidad internacional es el conjunto de normas y principios que regulan el funcionamiento de los distintos sistemas fiscales en el marco de las relaciones económicas globales. Esta rama del Derecho Tributario estudia las normas jurídicas que regulan las relaciones internacionales en materia fiscal entre privados y/o Estados.
En este punto, es importante diferenciar el derecho tributario internacional, que incluye las normas de carácter fiscal que emiten los órganos internos estatales, del derecho internacional tributario, que comprende las normas de carácter fiscal pactadas por las organizaciones internacionales y los Estados.
Por ejemplo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, un organismo de cooperación internacional compuesto por 38 estados, presenta iniciativas que persiguen una reforma tributaria internacional y el establecimiento de un mínimo tributario global a grupos empresariales que superen determinados umbrales económicos.
La propia Unión Europea también aprueba diferentes directivas que obligan a los Estados miembros a adoptar medidas que persigan esos mismos objetivos, de manera que las normas del derecho internacional tributario muchas veces se adaptan a las características nacionales.
¿Cuáles son los principios básicos de la fiscalidad internacional?
La fiscalidad internacional persigue básicamente los mismos objetivos que las agencias tributarias nacionales: eficiencia, equidad, estabilidad y crecimiento. Para ello se basa en una serie de principios que tienen como objetivo mejorar los negocios transfronterizos o las operaciones en los mercados en distintos lugares del mundo:
- Equidad entre los Gobiernos. Este principio básico de la fiscalidad internacional tiene como objetivo que la mayor parte de los beneficios que se generen en los países, se queden en ellos, por lo que otorga a los Estados la gestión en la distribución de los impuestos.
- Neutralidad. Anima a los Estados a promover las inversiones que aporten resultados positivos para sus territorios, pero sin incurrir en favoritismos ni diferenciaciones entre las empresas, de manera que la tributación no sea el principal criterio cuando estas elijan dónde invertirán. Hace tres años, por ejemplo, los países del G7 llegaron a un principio de acuerdo para que las compañías que operan en Internet paguen impuestos en los países donde desarrollan su actividad digital, aunque no tengan presencia física, para evitar que transfieran sus beneficios a paraísos fiscales.
- Prevención de la evasión fiscal. Este principio básico de la fiscalidad internacional dicta que los Gobiernos e instituciones deben trabajar en conjunto para evitar que las personas o empresas se aprovechen de las lagunas legales para evadir impuestos. Con los convenios de doble imposición, por ejemplo, se intenta evitar que las personas y empresas tributen en exceso o desvíen bases imponibles por las diferencias entre los sistemas de tributación de los países donde operan.
- Relaciones comerciales mutuamente beneficiosas. Las políticas, normas, prácticas y modelos de comunicación de los Estados deben favorecer la inversión, sobre todo aquella con capacidad para crear empleos, construir infraestructuras y estimular el desarrollo a nivel regional o nacional.
El alcance de la fiscalidad internacional
La fiscalidad internacional no afecta únicamente a los grandes negocios o multinacionales. Una pequeña empresa que venda a través de Internet a otros países o una persona que trabaje a distancia para una empresa fuera de su país de residencia también están sujetas a las normas de la fiscalidad internacional.
Como resultado, la figura del asesor fiscal internacional es cada vez más importante, tanto en las grandes compañías como en las pymes que se abren al comercio digital internacional o para los teletrabajadores. En la actualidad, estos asesores fiscales ya no ocupan un puesto meramente técnico, sino que se han convertido en actores estratégicos dentro de la organización encargándose en muchos casos de la dirección y gestión financiera internacional.
A medida que se extiendan las nuevas formas de comercio electrónico y la fiscalidad internacional permee las obligaciones de los contribuyentes, esta rama del derecho será cada vez más solicitada. Ahora mismo, el mundo está sumido en un escenario en el que no solo se están valorando las estructuras tributarias de las transacciones nacionales y transfronterizas, sino también los mecanismos de competencia fiscal de los Estados, por lo que es probable que en los próximos años se refuerce la cohesión internacional de las reglas tributarias de las transacciones transfronterizas.