

¿Te has preguntado alguna vez por qué todas las historias, independientemente de la época o el lugar, tienen personajes que se repiten? El héroe valiente, la madre abnegada, el sabio que aconseja, etc. La respuesta está en los arquetipos de Jung, un modelo psicológico que explica los patrones de la personalidad.
Esta teoría se utiliza con frecuencia en el marketing, y es un buen ejemplo de aplicación práctica de la psicología más allá de la terapia. Si te interesan las diferentes metodologías de la psicología y quieres ayudar a las personas a mejorar su salud mental, puedes estudiar el Grado en Psicología en Madrid y el Grado en Psicología en Málaga de la Universidad Europea donde podrás formarte en áreas como la psicología clínica, la educativa y la organizacional, ofreciendo una base sólida en las diferentes ramas de la psicología.
¿Qué es un arquetipo?
Carl Gustav Jung, padre de la psicología analítica, creía que en el fondo de la mente humana hay un inconsciente colectivo, una especie de memoria heredada con imágenes universales que comparten todas las culturas. Así, un arquetipo es un patrón básico de pensamiento, emoción y comportamiento que se repite en todas las culturas y épocas. Estos arquetipos se manifiestan en sueños, mitos, cuentos, películas y obras de arte.
Principales arquetipos de Jung
Jung habló de arquetipos básicos como el Yo (Ego), la Sombra, o el Sí-mismo (Self), pero no estableció una lista cerrada. Fueron Carol S. Pearson y Margaret Mark quienes, a partir de su trabajo, organizaron los arquetipos de forma más práctica y simplificada para aplicarlos en narrativa, marketing y desarrollo personal. Así nacieron los famosos 12 arquetipos de marca:
El Inocente
Busca la felicidad, la pureza y la simplicidad. Confía en que todo saldrá bien y quiere evitar el sufrimiento. Ejemplos de la cultura popular podrían ser Amélie o Forrest Gump.
El Explorador
El explorador ama la aventura y la libertad. Quiere descubrir lo desconocido y vivir experiencias nuevas. Sería el caso de Moana o Gulliver, por ejemplo.
El Sabio
Su objetivo es conocer la verdad y entender el mundo. Es reflexivo, inteligente y busca compartir su sabiduría con otros. Aquí encontramos al señor Miyagi en Karate Kid o a Yoda en Star Wars.
El Héroe
El héroe lucha contra las dificultades para proteger a los demás o para conseguir una meta importante. Demuestra valor y sacrificio. Corresponde a Ulises en la Odisea de Homero o Simba en El rey león.
El Forajido (Rebelde)
Busca romper las reglas y cambiar lo establecido. Es inconformista y muchas veces provoca revoluciones o cambios importantes. El ejemplo más típico es James Dean en Rebelde sin causa o, más recientemente, Furiosa en Mad Max.
El Mago
El mago transforma la realidad, usando su visión o conocimiento para crear cambios. Es creativo y tiene una fuerte conexión con la intuición. Tenemos ejemplos como Gandalf en El señor de los anillos o Merlín en la leyenda del rey Arturo.
El Amante
Su motor es la pasión, el deseo de conexión y la búsqueda de la belleza. Valora las relaciones profundas y la emoción. Hay grandes ejemplos en la literatura, como Anna Karenina o Madame Bovary.
El Bufón (Joker)
Ama la diversión y el humor. Usa la alegría para aliviar tensiones y para mostrar que la vida debe disfrutarse. Aquí estarían el Genio en Aladdin y Olaf en Frozen.
El Cuidador
Quiere proteger y ayudar a los demás. Es empático, compasivo y responsable. Es el caso de Beth en Mujercitas o de Marlin, el padre de Nemo en Buscando a Nemo.
El Creador
Su misión es construir, imaginar y dar forma a nuevas ideas. Es innovador y original. Aquí encontramos a Edna Moda en Los increíbles, o Q en las películas de James Bond.
El Gobernante
Busca el control, el orden y el liderazgo. Quiere proteger a su comunidad y mantener la estabilidad. Vemos gobernantes en Elsa de Frozen o en Cersei Lannister de Juego de tronos.
El Huérfano (Realista)
Busca pertenecer y ser aceptado. Es humilde, realista y sabe adaptarse a las dificultades. Hay muchos personajes huérfanos en la cultura popular: Harry Potter, por ejemplo, o Katniss Everdeen, la protagonista de Los juegos del hambre.
Aplicaciones de los arquetipos
Los arquetipos de Jung tienen múltiples aplicaciones, ya que ayudan a entender el comportamiento humano a nivel profundo.
Psicología y psicoterapia
Los terapeutas analíticos los utilizan para interpretar sueños, síntomas emocionales o crisis existenciales. Reconocer estos arquetipos permite a la persona entender conflictos internos, integrar partes reprimidas de su personalidad y avanzar en su desarrollo personal.
Marketing y branding
A la hora de crear una marca, las empresas analizan las características de su público objetivo y construyen una personalidad adoptando uno o varios arquetipos que reflejan valores, deseos y emociones comunes a su target. Esto ayuda a que los consumidores se identifiquen con la marca y creen un vínculo más fuerte. Así, por ejemplo, Nike se asocia al arquetipo del Héroe, con mensajes de superación, y Apple al Rebelde o Creador, apelando a la innovación.
Análisis de culturas y mitologías
Aunque los mitos varían, muchos comparten estructuras similares, como el viaje del héroe, la figura del sabio o el enfrentamiento con la sombra. Los arquetipos permiten comparar culturas distintas y descubrir puntos en común.
Narrativa y análisis de medios
En cine, literatura y videojuegos, los arquetipos ayudan a construir personajes con los que el público se identifica fácilmente. Por eso, son una herramienta clave en guiones y diseño narrativo.
Los arquetipos son puentes entre lo individual y lo colectivo, lo personal y lo universal, por eso son útiles en campos tan distintos.
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