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La criminología se encarga de estudiar los delitos y sus causas para que sea más fácil prevenirlos. O, en el caso de los que ya se han cometido, para identificar a los culpables. Por tanto, estudiar un Grado en Criminología a distancia es una opción muy atractiva para quienes quieran trabajar en los Cuerpos de Seguridad del Estado.
La mayoría de las personas pueden hacerse una idea general de cuál es el campo de estudio de esta disciplina. Sin embargo, no todo el mundo tiene claro cuáles son las tareas que un criminólogo desempeña en su día a día.
Si quieres cursar un grado para especializarte en la resolución de delitos, o si has pensado hacer el Máster en Criminología de la Universidad Europea, probablemente quieras saber cuál es exactamente la labor de un criminólogo. En esta entrada, repasamos sus funciones principales y te contamos qué cualidades son más útiles en la profesión.
De qué se ocupa un criminólogo
Como ya hemos mencionado, un criminólogo se dedica a estudiar el crimen y a los criminales. Es importante diferenciar a estos profesionales de los criminalistas, que son quienes acuden a la escena del crimen, recogen las pruebas y las analiza luego en el laboratorio. La labor de los criminólogos es estudiar todos los documentos y circunstancias del caso para intentar averiguar por qué y cómo se cometió el crimen, de qué manera se pudo prevenir ese u otros crímenes semejantes y elaborar los informes pertinentes y planes de actuación si fuera el caso.
Tras documentar y estudiar detenidamente toda la información de la que disponen, los criminólogos suelen establecer una cronología detallada de los hechos. Esto permite concentrar la atención sobre sucesos clave y agiliza las investigaciones policiales. Además, sus conocimientos de psicología les permiten establecer un perfil criminológico del autor, algo de especial utilidad cuando se barajan distintos sospechosos.
Normalmente, los criminólogos redactan informes que orientan al resto de profesionales involucrados en el proceso de investigación. Asimismo, también intervienen en juicios, donde dan su opinión como especialistas y pueden ayudar a extraer conclusiones sobre el caso.
No obstante, debemos tener en cuenta que los criminólogos pueden ejercer en contextos muy distintos. En función de quién sea su empleador, sus tareas cotidianas pueden variar considerablemente.
Salidas profesionales tras estudiar criminología
Existen múltiples ramas de la criminología. De hecho, los puestos de trabajo que puede ocupar un criminólogo son muchos y muy variados. Algunos de los principales son los siguientes:
- En el ámbito público, los criminólogos pueden ser asesores y peritos en la Administración de Justicia, o bien agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En ambos casos, a estas profesiones se accede mediante unas oposiciones.
- En el ámbito privado, cualquier empresa puede contratar los servicios puntuales de un criminólogo, en calidad de consultor independiente, para que estudie un caso concreto. Pueden ser investigadores privados en despachos de abogados, ejercer como expertos en prevención del delito, o prestar asistencia a las víctimas de delitos.
Qué se necesita para ser un buen criminólogo
La criminología, como la mayoría de las disciplinas científicas, se acaba dominando con la formación y el estudio. No obstante, hay una serie de capacidades que hacen que una persona sea ideal para esta profesión. Algunas de estas cualidades son innatas, pero la mayoría de ellas se trabajan a fondo en las distintas titulaciones de criminología.
- Inteligencia social: esto no solo es de gran ayuda para realizar análisis en el plano psicológico, sino también para tratar con empatía a las distintas personas con las que se trabaja (entre ellas, víctimas e individuos que han experimentado situaciones traumáticas).
- Competencias tecnológicas: muchas de las herramientas que se utilizan en el proceso analítico son digitales. Además, el software que se utiliza en esta profesión avanza continuamente para ofrecer resultados más precisos.
- Curiosidad: los criminólogos deben hacerse preguntas continuamente. Solo planteando los interrogantes correctos se puede dar con las respuestas adecuadas.
- Habilidades comunicativas: los criminólogos no viven encerrados en el laboratorio, sino que tienen que comunicarse con muchas personas en su día a día y explicar hallazgos que a menudo son complejos. Unas buenas dotes de comunicación también les serán útiles para relacionarse con los sujetos relacionados con los casos.
- Capacidades deductivas: resulta evidente que estos profesionales deben tener unas grandes capacidades analíticas, pero además deben ser personas metódicas. Es imprescindible disfrutar del proceso deductivo y seguir sus principios para ser un criminólogo eficaz.
Además de las cualidades mencionadas, un criminólogo debe estar al tanto de la realidad política y social, tener iniciativa y capacidad para liderar equipos, contar con sentido de la justicia y saber desenvolverse en contextos internacionales.
Ya sabes qué hay que estudiar para ser criminólogo y cuáles son las principales funciones de esta profesión. Por tanto, si estás decidido a dedicarte profesionalmente a la investigación de delitos, recuerda que existen distintos masters relacionados con la profesión entre los que puedes elegir. En la Universidad Europea encontrarás opciones muy diversas, con metodologías flexibles y contenidos adaptados a tus objetivos.