
Energías no renovables: qué son, características y diferencias con las renovables
25 de Septiembre de 2025

Aunque las energías no renovables han sido imprescindibles para el desarrollo de la humanidad, su uso intensivo ha acarreado consecuencias medioambientales que no se pueden seguir ignorando. En la actualidad, comprender cómo funcionan, qué tipos existen y qué las diferencia de otras alternativas es esencial para alcanzar un desarrollo sostenible en todo tipo de industrias.
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En este post veremos cuáles son las características principales de las energías no renovables y los motivos por los que su continuidad plantea cada vez más interrogantes. Si te interesa este ámbito, recuerda que también puedes estudiar el Máster en Energías Renovables en Valencia de forma presencial.
¿Qué son las fuentes de energía no renovables?
Las energías no renovables son aquellas que provienen de recursos naturales limitados, es decir, que no se regeneran a corto plazo. Una vez consumidas, no pueden ser reemplazadas en un periodo útil para la humanidad. Por lo tanto, son una fuente finita y la sociedad no puede basar su modelo energético en ellas a largo plazo.
Entre estas fuentes destacan principalmente los combustibles fósiles, como el petróleo, el gas natural y el carbón, y algunos materiales radiactivos, como el uranio. Todas ellas han impulsado la economía global durante décadas, pero su impacto ambiental y su carácter limitado las sitúan en el centro del debate energético actual.
Características de las energías no renovables
El uso de fuentes no renovables es muy cómodo, debido a su disponibilidad inmediata y a su elevada capacidad de generación energética. Sin embargo, sus desventajas son cada vez más evidentes:
- Debido a sus elevadas emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyen significativamente al cambio climático. Tienen una huella de carbono considerable.
- Su extracción intensiva contribuye a degradar los ecosistemas.
- Muchos de estos recursos se encuentran solo en determinadas regiones del mundo, lo que da lugar a numerosos conflictos geopolíticos.
Tipos de energías no renovables
Las energías no renovables se pueden clasificar en dos grandes grupos: combustibles fósiles y energía nuclear. Se diferencian tanto en su origen como en su forma de uso.
Combustibles fósiles
Los combustibles fósiles se originan a partir de restos orgánicos que han experimentado transformaciones durante millones de años bajo condiciones específicas de presión y temperatura. Son los más utilizados actualmente y se dividen en:
- Petróleo: se usa para la fabricación de combustibles, plásticos y otros productos químicos.
- Gas natural: es una fuente más "limpia" dentro de los fósiles, aunque sigue produciendo emisiones, y se emplea principalmente para la generación de electricidad y la calefacción.
- Carbón: históricamente clave en la Revolución Industrial, es una de las más contaminantes. Se utiliza sobre todo en la siderurgia y para la generación eléctrica en centrales térmicas.
Energía nuclear
Proviene de la fisión de átomos de uranio, un proceso que libera grandes cantidades de energía. Aunque no emite dióxido de carbono directamente, genera residuos radiactivos de difícil gestión. Pese a no ser un combustible fósil, se considera una energía no renovable porque el uranio disponible en el planeta es limitado y su manejo conlleva riesgos importantes.
Diferencias entre energías no renovables y energías limpias
Como ya hemos mencionado, el carácter finito y la enorme huella de carbono de las energías no renovables ha obligado a buscar alternativas. Estas se conocen como energías limpias, y se diferencian de las no renovables por el origen de los recursos que utilizan y su menor impacto ambiental.
Existen distintos tipos de energías renovables, pero todas ellas proceden de fuentes que se regeneran naturalmente como el sol, el viento o el agua. Por lo tanto, tienen carácter ilimitado. Además, la mayoría de ellas no requieren de combustión para su producción, y su explotación no degrada los ecosistemas en la misma medida que ocurre con las no renovables.
La transición energética en España y tu papel como profesional
El futuro energético global depende de una correcta transición energética hacia un modelo que dé más peso a las fuentes renovables. En España, la penetración de las energías renovables ha crecido de forma constante en los últimos años: según datos de Red Eléctrica de España, en 2024 más del 50 % de la generación eléctrica nacional provino de fuentes renovables, con la eólica y la solar fotovoltaica a la cabeza.
El país se encuentra entre los líderes europeos en transición energética, aunque aún queda mucho camino por recorrer hasta lograr una matriz completamente descarbonizada. Para liderar esta transformación, se necesitan profesionales formados, con capacidad de innovación y una sólida base técnica, como la que ofrece el Máster en Transición Energética en Madrid de la Universidad Europea.
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