La dismorfia corporal es un trastorno mental que se caracteriza por la percepción distorsionada que una persona tiene sobre su apariencia física, llevándola a obsesionarse con “supuestos” defectos que suelen ser mínimos o, incluso, invisibles para los demás. Este trastorno puede afectar profundamente a la salud mental y física de quienes lo padecen.
En este artículo, hablaremos sobre qué es la dismorfia corporal, cuáles son sus síntomas más comunes y cómo se puede diagnosticar y tratar eficazmente. También comentaremos la formación necesaria para los profesionales que buscan especializarse en el trastorno dismórfico corporal. Para ello, prestaremos especial atención a titulaciones como el Grado en Nutrición y Dietética a distancia (también, disponible en modalidad presencial), el Grado en Psicología online y el Máster en TCA online de la Universidad Europea.
La dismorfia corporal, o trastorno dismórfico corporal (TDC), es un trastorno de la salud mental en el que una persona está obsesionada con defectos que percibe en su apariencia física. Estos pueden ser pequeños (o, incluso, no existir) para el resto de las personas, pero causan una angustia intensa y afectan significativamente a la vida diaria de este individuo.
Habitualmente, la dismorfia se confunde con otros trastornos relacionados con la imagen corporal, pero presenta diferencias clave:
Los síntomas de la dismorfia corporal pueden variar en intensidad, pero generalmente son:
Aunque no se conoce una causa exacta, hay estudios científicos que han identificado varios factores que pueden contribuir a padecer dismorfia corporal:
El tratamiento del trastorno dismórfico corporal es multifacético y requiere la intervención de profesionales especializados. Las opciones más efectivas incluyen:
El papel de la psicología en el tratamiento de la dismorfia corporal es crucial. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es uno de los enfoques más efectivos, ya que ayuda a los pacientes a cambiar sus patrones de pensamiento distorsionados y comportamientos compulsivos. Programas como el Grado en Psicología (también, disponible en nuestros campus de Valencia, Alicante y Canarias) y el Máster en Trastornos de la Conducta Alimentaria de la Universidad Europea preparan a los futuros profesionales para aplicar esta y otras técnicas esenciales para tratar los aspectos emocionales y conductuales del trastorno.
También, la nutrición tiene un papel importante. Una alimentación equilibrada puede influir positivamente en la percepción corporal y el bienestar general. Los nutricionistas ayudan a los pacientes a establecer hábitos alimenticios saludables, lo que puede ser beneficioso especialmente si el trastorno incluye problemas alimentarios.
Integrar psicología y nutrición ofrece un tratamiento más completo. La colaboración entre psicólogos y nutricionistas permite abordar el trastorno desde múltiples ángulos, mejorando el bienestar general del paciente.