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Medicina y Salud
13 sep 2024

Dismorfia corporal: ¿qué es, cuáles son sus síntomas y cómo tratarla?

Editado el 13 Sept. 2024
mujer dentro de una caja de vidrio

La dismorfia corporal es un trastorno mental que se caracteriza por la percepción distorsionada que una persona tiene sobre su apariencia física, llevándola a obsesionarse con “supuestos” defectos que suelen ser mínimos o, incluso, invisibles para los demás. Este trastorno puede afectar profundamente a la salud mental y física de quienes lo padecen.

En este artículo, hablaremos sobre qué es la dismorfia corporal, cuáles son sus síntomas más comunes y cómo se puede diagnosticar y tratar eficazmente. También comentaremos la formación necesaria para los profesionales que buscan especializarse en el trastorno dismórfico corporal. Para ello, prestaremos especial atención a titulaciones como el Grado en Nutrición y Dietética a distancia (también, disponible en modalidad presencial), el Grado en Psicología online y el Máster en TCA online de la Universidad Europea.

¿Qué es la dismorfia corporal?

La dismorfia corporal, o trastorno dismórfico corporal (TDC), es un trastorno de la salud mental en el que una persona está obsesionada con defectos que percibe en su apariencia física. Estos pueden ser pequeños (o, incluso, no existir) para el resto de las personas, pero causan una angustia intensa y afectan significativamente a la vida diaria de este individuo.

Diferencias entre dismorfia corporal y otros trastornos de la imagen corporal 

Habitualmente, la dismorfia se confunde con otros trastornos relacionados con la imagen corporal, pero presenta diferencias clave:

  • Trastornos de conducta de la alimentación (TCA): si bien ambos trastornos están muy relacionados con la preocupación por el aspecto físico, los TAC (anorexia nerviosa, bulimia, etc.) se centran en el peso y la forma del cuerpo. En cambio, la dismorfia corporal lo hace en defectos específicos que pueden no tener nada que ver con el peso, sino con otros aspectos de la apariencia.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): la dismorfia corporal comparte características con el TOC como, por ejemplo, la presencia de obsesiones y compulsiones. Sin embargo, mientras que el TOC implica obsesiones sobre varios temas, el trastorno dismórfico compulsivo se centra exclusivamente en la percepción de defectos corporales.

Síntomas de la dismorfia 

Los síntomas de la dismorfia corporal pueden variar en intensidad, pero generalmente son:

  • Preocupación obsesiva por la apariencia: las personas con TDC pueden pasar horas preocupándose por su aspecto, lo cual interfiere con sus actividades diarias. Esta preocupación puede volverse una obsesión que domina sus pensamientos.
  • Conductas compulsivas y repetitivas: las personas pueden incurrir en conductas como mirarse repetidamente en el espejo, rascarse la piel, pellizcarse o buscar constantemente cirugías estéticas para intentar corregir o controlar sus “defectos”. Estas acciones proporcionan solo un alivio temporal.
  • Comparación constante con los demás: este es un síntoma recurrente y puede llevar a una insatisfacción constante, ya que la persona con dismorfia corporal tiende a ver en los demás una perfección que siente no tener.
  • Evitación de situaciones sociales: es común que las personas con dismorfia eviten actividades sociales, reuniones familiares o entornos laborales debido al miedo al juicio o la crítica sobre su apariencia. Esta circunstancia las lleva a aislarse.
  • Impacto emocional y mental: el malestar provocado por la dismorfia corporal puede conducir a graves problemas emocionales, entre los que se encuentran la depresión, la ansiedad severa y, en casos extremos, los pensamientos suicidas. La baja autoestima es un rasgo común que se alimenta de la constante insatisfacción por la propia apariencia.

Causas y factores de riesgo del trastorno dismórfico corporal

Aunque no se conoce una causa exacta, hay estudios científicos que han identificado varios factores que pueden contribuir a padecer dismorfia corporal:

  • Genética: existe evidencia que sugiere una predisposición genética al desarrollo del trastorno dismórfico corporal. Los antecedentes familiares de trastornos obsesivo-compulsivos o de ansiedad pueden aumentar el riesgo.
  • Factores neurobiológicos: alteraciones en el funcionamiento del cerebro pueden contribuir a la aparición de la dismorfia, particularmente en áreas relacionadas con la percepción y el procesamiento emocional.
  • Factores psicológicos: la baja autoestima, el perfeccionismo y las experiencias de rechazo o acoso relacionadas con la apariencia pueden ser factores predisponentes.
  • Influencia cultural y social: las presiones sociales y culturales sobre los estándares de belleza pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo de la dismorfia. La exposición a ideales poco realistas de belleza en medios de comunicación, publicidad y redes sociales puede intensificar las preocupaciones sobre la apariencia.

Tratamiento de la dismorfia corporal

El tratamiento del trastorno dismórfico corporal es multifacético y requiere la intervención de profesionales especializados. Las opciones más efectivas incluyen:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): es la intervención de primera línea para la dismorfia corporal. Esta terapia se centra en modificar los patrones de pensamiento distorsionados y las conductas compulsivas asociadas al trastorno. Ayuda a los pacientes a desarrollar una visión más realista de su apariencia y a reducir la necesidad de comportamientos compulsivos.
  • Medicación: en casos moderados y severos, los medicamentos como los antidepresivos pueden ser recetados para aliviar los síntomas de ansiedad y depresión asociados al trastorno. Es fundamental combinar la medicación con la terapia para abordar tanto los síntomas como las causas subyacentes.
  • Enfoque multidisciplinar: a menudo, el tratamiento de la dismorfia corporal requiere la colaboración de varios profesionales de la salud, incluyendo psicólogos y nutricionistas. Un enfoque multidisciplinar asegura que se aborden todos los aspectos del trastorno, desde la percepción corporal hasta la salud mental general.
  • Educación y autoayuda: educar a los pacientes y sus familias sobre el trastorno y sus implicaciones es esencial. La autoayuda a través de recursos como grupos de apoyo y técnicas de manejo del estrés puede complementar el tratamiento profesional.

Psicología y nutrición: enfoques complementarios para la dismorfia corporal

El papel de la psicología en el tratamiento de la dismorfia corporal es crucial. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es uno de los enfoques más efectivos, ya que ayuda a los pacientes a cambiar sus patrones de pensamiento distorsionados y comportamientos compulsivos. Programas como el Grado en Psicología (también, disponible en nuestros campus de Valencia, Alicante y Canarias) y el Máster en Trastornos de la Conducta Alimentaria de la Universidad Europea preparan a los futuros profesionales para aplicar esta y otras técnicas esenciales para tratar los aspectos emocionales y conductuales del trastorno.

También, la nutrición tiene un papel importante. Una alimentación equilibrada puede influir positivamente en la percepción corporal y el bienestar general. Los nutricionistas ayudan a los pacientes a establecer hábitos alimenticios saludables, lo que puede ser beneficioso especialmente si el trastorno incluye problemas alimentarios.

Integrar psicología y nutrición ofrece un tratamiento más completo. La colaboración entre psicólogos y nutricionistas permite abordar el trastorno desde múltiples ángulos, mejorando el bienestar general del paciente.