La atención a la diversidad cada vez cobra más importancia en el mundo educativo. La legislación contempla diferentes tipos de necesidades educativas especiales (NEE) y necesidades específicas de adaptación educativa (NEAE), y los profesores deben hacer ciertas adaptaciones en sus clases para atenderlas. Solo así se consigue que todos los alumnos tengan la oportunidad de desarrollarse y aprender en igualdad de condiciones.
Antes de realizar ninguna adaptación curricular, los profesores deben contar con un diagnóstico que determine si el estudiante tiene algún tipo de trastorno o dificultad educativa específica, una labor que recae sobre los profesionales de la psicología. Por tanto, si estudias un Grado en Psicología online desarrollarás las competencias para realizar la evaluación neuropsicológica necesaria en estos casos.
Pero, en primer lugar, debemos tener claro que los trastornos del aprendizaje y las dificultades de aprendizaje no son lo mismo. En esta entrada analizamos estos conceptos y te explicamos sus diferencias, algo que te resultará de interés si has pensado estudiar un Grado en Psicología en Valencia, Canarias, Madrid o Alicante.
El término “dificultad de aprendizaje” es un paraguas genérico con el que nos referimos a los distintos factores que hacen que a un alumno le cueste más aprender que a otros. Se trata de obstáculos que los profesores deben ayudarle a superar, pero que no constituyen un trastorno en sí mismo.
Algunas de estas dificultades son tan comunes como la falta de motivación, los problemas para memorizar, las barreras culturales, el desconocimiento del idioma en el que se imparte la asignatura o la capacidad limitada de concentración. En ocasiones, pueden ser dificultades transitorias y, a menudo, las razones por las que aparecen son extrínsecas al propio alumno: problemas en casa, una situación de duelo, ansiedad, preocupaciones económicas…
Puesto que las causas no son tan profundas como en el caso de los trastornos, cuando se detecta una dificultad en un estudiante se puede trabajar para superarla y, en ocasiones, se logra que el alumno vuelva a aprender a un ritmo normal.
Los trastornos son dificultades específicas de aprendizaje (DEA) que tienen su base en una disfunción neurológica. Son una condición permanente del alumno, aunque esto no significa que no se puedan abordar implementando las adaptaciones curriculares pertinentes. En este sentido, su pronta detección es vital: empezar a tomar las medidas necesarias desde los cinco años es lo más conveniente.
Cuando un alumno presenta un trastorno del aprendizaje (también conocido como trastorno del desarrollo), la ley educativa lo considera un estudiante con necesidades específicas de apoyo educativo. Existen diferentes tipos de dificultades específicas, pero algunas de las más extendidas son las siguientes:
Al contrario de lo que se puede llegar a pensar, los trastornos del aprendizaje no están relacionados con la falta de inteligencia, sino que se deben simplemente a una serie de carencias relacionadas con cómo las personas procesamos la información. Afortunadamente, con los años, la comunidad educativa está logrando acabar con este estigma.
Los psicólogos pueden detectar los trastornos del aprendizaje realizando una evaluación neuropsicológica del alumno. Esta prueba también sirve para detectar problemas de conducta y otros trastornos de neurodesarrollo, como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o el autismo.
Una vez que la familia y los profesores del alumno conocen qué tipo de trastorno tiene este, pueden tomar las medidas necesarias para ayudarlo a desarrollarse plenamente. Por tanto, este tipo de pruebas son una parte fundamental del proceso y una de las tareas más comunes para los psicólogos infantiles.
Si quieres dedicarte profesionalmente a la psicología para ayudar a personas con este tipo de dificultades específicas, recuerda que la Universidad Europea ofrece numerosos grados en Psicología en distintos puntos de España y que también puedes cursar esta carrera en modalidad online.