Dentro de nuestra nariz, podemos encontrar tres conjuntos de huesos delgados y alargados colocados en las paredes internas y revestidos por un tejido elástico capaz de expandirse. Son los cornetes nasales, cuya función principal es hidratar y calentar el aire que entra por nuestras fosas nasales.
Su forma, ya sea por nacimiento, alergia o accidente, puede impedir una buena respiración. Por ello, resulta necesario reducir su tamaño. La operación practicada para ello es la turbinectomía. Como se estudia en el Máster en Cirugía Maxilofacial, su misión es abrir las vías respiratorias bloqueadas y poder mejorar así la respiración.
Si quieres saber en qué consiste la operación de turbinectomía y cuándo es conveniente llevarla a cabo, sigue leyendo el artículo.
La turbinectomía es un procedimiento médico basado en la eliminación parcial o total de los cornetes nasales. Los cornetes están recubiertos de membranas mucosas cuya función principal es la de calentar, filtrar y humidificar el aire que se respira. En algunos pacientes, estos cornetes pueden inflamarse causando porblemas respiratorios y otros síntomas derivados de este agrandamiento.
La cirugía de cornetes o turbinectomía es un procedimiento simple y de bajo riesgo que puede ser llevado a cabo tanto bajo anestesia general, como local.
El procedimiento dura alrededor de los 30 minutos y se lleva a cabo con la ayuda de un endoscopio que permite obtener una visualización de la estructura interna de la nariz que vamos a operar.
Tras identificar el grado de hipertrofia o agrandamiento de los cornetes, el médico puede optar por remover todos o solo una parte, considerando el riesgo de una nueva hipertrofia y los antecedentes del propio paciente.
No obstante, la técnica más común para arreglar un agrandamiento de los cornetes es la de la radiofrecuencia. Esta consiste en aplicar este tipo de energía sobre el cornete, provocando una necrosis de los tejidos que termina produciendo una quemadura.
Inicialmente, los cornetes sufrirán una reacción inflamatoria secundaria a la intervención para después progresar a una fase de retracción con cicatriz que es la acabará dándonos el beneficio esperado.
Si bien la cirugía ofrece un resultado más duradero, este procedimiento es más invasivo. Su cicatrización lleva más tiempo y es posible que surjan pequeños sangrados nasales y la aparición de costras que debe retiradas el médico.
De cualquier manera, ninguno de estos métodos deja cicatrices duraderas, por lo que el aspecto y el tamaño de la nariz no quedaría modificado una vez terminase el postoperatorio.
Un médico puede recomendar al paciente someterse a una intervención de turbinectomía en los siguientes casos:
El proceso de recuperación de la intervención de turbinectomía es bastante óptimo. Aunque lenta, si se siguen las recomendaciones de un médico la recuperación será segura y los resultados podrán comenzar a notarse a las dos semanas. De esta manera, el paciente obtendrá una gran mejora, desapareciendo sus síntomas y aliviando todas sus molestias nasales.
De manera usual, durante la inhalación y la exhalación, los cornetes nasales se agrandan y contraen. Sin embargo, a veces se hinchan demasiado al inhalar y pueden obstruir el flujo de aire normal. Todo ello genera una sensación de congestión nasal que nos obliga a respirar por la boca.
A la hora de hacer un diagnóstico exacto del problema, el médico especialista tendrá que analizar la nariz a través de una endoscopia nasal, que le ayudará a saber cuáles son los síntomas predeterminados de dicho paciente.
Una vez se realiza el diagnóstico, el especialista debe indicar las diferentes opciones que el paciente puede valorar para su tratamiento. Por lo general, este empieza con la prescripción de unos medicamentos que disminuyen el tamaño de los cornetes inflamados. Sin embargo, si no se observa una mejoría clara en el paciente, se debe considerar la opción de realizar una cirugía de turbinectomía.
Algunos de los síntomas que pueden indicar un problema en el agrandamiento de los cornetes son:
Cuando se presentan durante un tiempo prolongado, pueden derivar en patologías más graves en el paciente (como cefaleas o sinusitis).
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