El auge de los negocios online y de las operaciones realizadas a través de plataformas digitales implican cierto grado de transformación digital.
Tener una perspectiva adecuada de cómo se desarrolla un cambio organizacional en una empresa en expansión ayuda a ejecutar tales procesos con mayor facilidad y disminuyendo las implicaciones negativas.
En este artículo explicaremos qué es una curva del cambio, cuáles son sus fases y cómo podemos implementarla en una empresa, temas que se abordan en mayor profundidad en nuestro Máster en Product Manager.
Aunque también puede aplicarse al terreno personal, la curva del cambio es una herramienta que se utiliza en distintos ámbitos relacionados con los entornos laborales y que, durante los últimos años, ha adquirido especial relevancia en aquellos negocios que optan por llevar a cabo una transformación digital de la empresa.
En la fase inicial de todo cambio, generalmente, hay un bajo nivel de aceptación o interés. A esta, le sigue una fase de crecimiento y, finalmente, una fase de madurez y aceptación.
De esta manera, podremos decir que una empresa alcanza la plena transformación cuando las personas que en ella trabajan han cambiado y demostrado su capacidad de adaptarse completamente a los nuevos requerimientos de su trabajo.
En términos de transformación digital, lo que normalmente conocemos como curva del cambio se aplica a las nuevas soluciones o herramientas que han de implementarse para modificar el modo en el que las empresas trabajan en el entorno digital.
Como hemos mencionado, todo cambio supone un proceso que puede dividirse en cuatro etapas:
La fase de negación es la primera en la curva del cambio. Ante una transformación, la primera reacción suele ser de choque y sorpresa. Lo desconocido, o todo aquello que está por venir, genera cierto miedo e inquietud en las personas, ya que puede afectar a dinámicas que, por consiguiente, hay que reajustar. Esta primera etapa de la curva de gestión de cambio implica el anuncio de las modificaciones que están por venir y las primeras reacciones de las personas que estarán involucradas en ellas.
En esta etapa se manifiesta el rechazo a los nuevos cambios, por lo que la empresa puede entrar en un periodo de stand by. Durante esta fase, se suelen encontrar acciones de resistencia o actitudes defensivas provocadas por el miedo a perder comodidad o estatus frente a lo que ya se conoce. En la fase de resistencia es necesario comenzar a instruir a las personas y asegurarles que la transformación está orientada a progresar y mejorar.
La fase de exploración se caracteriza porque comienza a percibirse cierta aceptación al cambio. En esta etapa se experimentan las primeras transformaciones y los resultados que estas traen, logrando que la inseguridad inicial se convierta poco a poco en curiosidad. Es en este momento de la curva cuando comenzamos a observar cierta acogida por parte de las personas implicadas, cambios de actitud y proactividad ante las nuevas experiencias y conocimientos.
Conocemos la etapa final de la curva como la fase de compromiso. En esta encontramos, por fin, aceptación ante la nueva situación por parte de toda la empresa. Los trabajadores se implican finalmente en todos los cambios y actividades, mejorando el clima laboral y la eficacia en sus funciones.
La curva del cambio es un método esencial casi para cualquier empresa. Gracias a ella, podemos presentar un modelo único capaz de materializar las resistencias y los procesos que normalmente atraviesan las personas cuando se enfrentan a un cambio.
Como ya hemos explicado, su principal aplicación es impulsar la transformación digital en la empresa si esta quiere triunfar dentro del panorama actual de los negocios.
La clave está en ver esta curva tanto como un proceso personal y organizacional. De esta manera, es posible combinar el aspecto más íntimo de las personas con el más estructural y metódico de las empresas, consiguiendo un balance entre ambos para mejorar los procesos de la empresa, optimizar los recursos y reducir los tiempos comúnmente utilizados en actividades operativas.
En resumen, podemos aprovechar la curva del cambio para impulsar a la empresa hacia el futuro.