La fibromialgia es un problema crónico que afecta a entre el 2,1 y 5,7 % de la población adulta en España. Su etiología se desconoce, pero se caracteriza por un dolor musculoesquelético crónico que no se explica por otras afecciones degenerativas o inflamatorias. Además, causa cansancio, problemas para dormir, cefaleas, parestesias e hiperalgesia. Además, aproximadamente dos tercios de las personas con fibromialgia también tienen depresión y/o ansiedad.
Ese cuadro sintomático suele ser muy debilitante, por lo que provoca incapacidad a nivel físico, familiar, social y laboral. Durante mucho tiempo, los analgésicos, antiinflamatorios y antidepresivos para aliviar el dolor fueron prácticamente la única opción terapéutica disponible, pero actualmente se apuesta por un tratamiento multidisciplinar que va más allá de los agentes farmacológicos para incluir la psicoterapia, el ejercicio físico y la terapia ocupacional, el cual suele dar mejores resultados a largo plazo.
¿Qué es la Terapia Ocupacional?
La Terapia Ocupacional utiliza la actividad y el entorno para ayudar a las personas a adquirir los conocimientos, destrezas y actitudes necesarias para desarrollar las tareas de su día a día alcanzando el máximo de autonomía e integración social.
El terapeuta ocupacional realiza una evaluación inicial de la persona en la que analiza sus funciones físicas, cognitivas y capacidad funcional. En base a esos resultados diseña un plan de intervención adecuado a sus necesidades, características y el contexto donde se desenvuelve.
¿Cómo combatir la fibromialgia en adultos con la ayuda de la Terapia Ocupacional?
Los programas de Terapia Ocupacional para la fibromialgia se enfocan en enseñar técnicas para simplificar el trabajo y ahorrar energía física, de manera que la persona pueda reestructurar sus jornadas para lidiar mejor con el dolor alcanzando la máxima autosuficiencia posible, lo cual redunda en una mejoría de su calidad de vida.
El terapeuta ocupacional trabajará desde actividades básicas encaminadas al cuidado corporal, como la higiene personal, hasta actividades instrumentales de apoyo en la vida cotidiana, como la crianza de los niños, el cuidado de las mascotas o la gestión del hogar.
También suele ayudar a la persona a establecer nuevos hábitos de desempeño a nivel laboral o personal en los que incluya períodos de descanso y disminuya el nivel de autoexigencia. El objetivo es que la persona aprenda a dosificar el nivel de actividad sin llegar al sobreesfuerzo para evitar que la fatiga agrave el dolor.
A menudo la Terapia Ocupacional para la fibromialgia incluye sesiones de psicomotricidad para mejorar la capacidad de adaptación a las nuevas situaciones, así como para reforzar la resistencia física, aumentar la tolerancia al ejercicio y reducir la fatiga.
El terapeuta ocupacional también ayudará a la persona con fibromialgia a descubrir qué movimientos favorecen el dolor y le enseñará a corregirlos. Además, le mostrará alternativas ergonómicas que mejoren la independencia funcional y le asesorará para que realice cambios en su entorno y reorganice ciertas rutinas para que pueda sentirse mejor.
El aspecto psicológico de la Terapia Ocupacional para tratar la fibromialgia
La Terapia Ocupacional no desatiende los aspectos psicológicos del dolor. De hecho, algunas sesiones se suelen realizar de manera grupal para favorecer la integración social de las personas con fibromialgia y animarlas a compartir sus experiencias para ayudar a los demás.
En las sesiones de Terapia Ocupacional también se brindan técnicas psicológicas para lidiar con el dolor y gestionar los picos de la enfermedad, además de ayudar a las personas a descubrir y aceptar sus capacidades y limitaciones. A veces se pueden incluir ejercicios de memoria ya que muchas personas con fibromialgia presentan déficit de atención debido al propio dolor y la depresión o la ansiedad que suelen padecer.
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