La cirugía ortognática es una intervención médica que busca corregir la mordida modificando la posición de los huesos faciales. Esta técnica, que está muy relacionada con la ortodoncia, tiene otros beneficios relacionados como puede ser el equilibrio de las proporciones del rostro. Esta intervención se utiliza cuando otros métodos como la ortodoncia no han dado el resultado esperado en el paciente. Si la mordida sigue sin ser perfecta, se puede recurrir a la cirugía para solucionar las deformaciones de la zona cráneo-maxilofacial.
Las personas tituladas en el Máster en Ortodoncia en Madrid de la Universidad Europea, así como los que lo cursan en Valencia, colaboran con los cirujanos maxilofaciales a la hora de abordar esta situación de los pacientes.
Si quieres abrirte un camino profesional en este sector, te interesará conocer en detalle qué es la cirugía ortognática, cuándo se recomienda y cuáles son sus fases.
La cirugía ortognática es una operación centrada en solucionar alteraciones esqueléticas que se producen en la etapa de crecimiento y que modifican la mordida.
Cuando la mandíbula superior y la inferior no apoyan una sobre la otra, conviene valorar las opciones para corregir la posición original de los huesos maxilofaciales. Con ayuda de la ortodoncia y de esta intervención se puede lograr una oclusión perfecta.
La cirugía ortognática está asociada a los siguientes beneficios adicionales:
Como cualquier tratamiento que implique pasar por el quirófano, la cirugía ortognática está asociada a unas fases por las que todo paciente debería pasar.
Un cirujano maxilofacial o un profesional que haya cursado los estudios que se necesitan para ser ortodoncista suele identificar el problema en una exploración inicial del paciente.
En esta fase, los especialistas dejan constancia del estado actual de la mordida de la persona a través de fotos y modelos digitales y físicos que permitirán diseñar un plan de actuación.
El estudio de la situación actual del usuario permite establecer un plan de tratamiento. Ortodoncista y cirujano maxilofacial trabajan mano a mano para fijar los pasos que se van a dar para aliviar la dolencia del paciente.
El primer paso suele ser un proceso de ortodoncia. Sirve para alinear los dientes y posicionar cada pieza en su lugar correcto respecto al maxilar y la mandíbula, lo que facilitará la intervención del cirujano y hará que los resultados sean más eficientes.
Con los dientes alineados, queda pasar por el quirófano. En esta etapa del tratamiento, el médico especializado se encarga de reubicar el maxilar y la mandíbula.
Una vez que están en una posición adecuada, se asegura de que los dientes pueden realizar una correcta mordida. Además, se aprovecha para corregir y armonizar las proporciones fáciles o los defectos congénitos.
En el periodo de recuperación, muchos pacientes necesitan un nuevo tratamiento de ortodoncia para terminar de ajustar los dientes a la nueva mordida.
Los estándares médicos y odontológicos establecen una serie de dolencias que pueden derivar en un tratamiento de cirugía ortognática. Algunos de los más habituales son los siguientes:
El responsable de la cirugía ortognática es el cirujano maxilofacial. Pero estos casos de mandíbulas desalineadas y problemas de mordida requieren de una actuación conjunta en la que intervienen otros profesionales.
El papel del odontólogo es imprescindible en este caso. Estos especialistas asumen un papel protagonista en el diseño del tratamiento y, sobre todo, en el acompañamiento del paciente en las etapas previa y posterior a la cirugía.
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