

A veces, una endodoncia no basta para eliminar una infección dental, en esos casos, a menudo se recurre a la apicectomía, un procedimiento quirúrgico dirigido a extraer la raíz del diente.
En este artículo veremos en qué consiste esta intervención, que pone en práctica muchos de los conocimientos que se enseñan estudiando el Máster en Implantología en Madrid de la Universidad Europea.
Además, si te interesa formarte en odontología y quieres aprender a realizar procedimientos quirúrgicos complejos con seguridad y precisión, también tienes la opción de estudiar el Máster en Prótesis Dental en Madrid. Sigue leyendo para saber cuándo se debe hacer una apicectomía y cuáles son los pasos del proceso.
¿Qué es una apicectomía dental?
La apicectomía dental es una intervención quirúrgica que consiste en extirpar la punta de la raíz de un diente junto con el tejido infectado que la rodea. Su objetivo es eliminar de forma definitiva una infección que no ha podido resolverse mediante tratamientos convencionales como la endodoncia.
Es una cirugía menor, pero requiere gran precisión y conocimiento anatómico. Por ello, solo la realizan especialistas en cirugía oral y endodoncias con experiencia. Además, requiere un entorno controlado y medidas de esterilización estrictas.
¿Cómo es el procedimiento paso a paso de una apicectomía dental?
Aunque se trata de una cirugía rutinaria, se encuentra entre las especialidades de odontología más avanzadas, ya que combina conocimientos quirúrgicos, radiológicos y protésicos.
El proceso suele durar entre 30 y 90 minutos (la duración de una endodoncia, por comparar, suele ser de entre 60 y 90 minutos) y consta de varias fases:
- Diagnóstico y planificación: se realiza una radiografía o un TAC dental para determinar la ubicación exacta de la lesión y planificar el abordaje quirúrgico.
- Anestesia local: se aplica solo en la zona afectada, de modo que el paciente permanece despierto, pero no siente dolor.
- Incisión y acceso al ápice: el odontólogo levanta una pequeña porción de encía para exponer el hueso y llegar al extremo de la raíz.
- Eliminación del tejido infectado: se corta la punta de la raíz y se limpia cuidadosamente el área para eliminar cualquier resto de infección.
- Sellado y sutura: por último, se sella el conducto con un material adecuado y se sutura la encía.
Postoperatorio y recuperación de una apicectomía
El posoperatorio de una apicectomía suele ser sencillo y poco molesto. Sin embargo, hay que seguir ciertas recomendaciones para facilitar la cicatrización y evitar complicaciones:
- Aplicar frío local durante las primeras horas para reducir la inflamación.
- Evitar masticar con el lado intervenido los primeros días.
- Mantener una buena higiene bucal, pero sin cepillar directamente la zona.
- Tomar los analgésicos o antibióticos recetados por el odontólogo.
- Acudir a revisión, normalmente a los 7-10 días, para retirar los puntos.
Muchas personas se preguntan si la apicectomía duele y lo cierto es que, gracias a la anestesia local y al uso de técnicas mínimamente invasivas, las molestias son leves y desaparecen en pocos días. La mayoría de los pacientes pueden retomar su rutina habitual al día siguiente.
Riesgos y posibles complicaciones de la apicectomía dental
Aunque las complicaciones son poco frecuentes, como en cualquier intervención quirúrgica pueden presentarse algunos riesgos, como inflamación y hematomas temporales, dolor posoperatorio moderado, infección o dehiscencia de la herida. También puede producirse un daño accidental en las raíces o los nervios cercanos.
La clave para minimizarlos es ponerse en manos de profesionales cualificados y seguir las instrucciones posoperatorias. Una correcta planificación radiográfica y una ejecución precisa son determinantes para el éxito de la cirugía.
¿Cuándo hacer una apicectomía?
Ya hemos mencionado que una apicectomía no es el primer paso en caso de infección dental. Se recurre a ella como alternativa cuando la endodoncia no ha sido suficiente o no puede repetirse. Algunos de los motivos que llevan a un odontólogo a decantarse por este tratamiento son:
- Infección persistente tras una endodoncia.
- Conductos radiculares obstruidos o con fracturas que impiden una nueva limpieza.
- Lesiones quísticas o granulomas en la punta de la raíz.
- Presencia de material de obturación extruido más allá del ápice.
- Dientes con coronas o pernos que dificultan el acceso al conducto.
En resumen, la apicectomía es la mejor opción cuando se busca conservar la pieza dental y evitar su extracción. En este sentido, es un ejemplo claro de cómo la odontología moderna, gracias a su precisión quirúrgica, facilita la conservación de los tejidos naturales.
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