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Turismo slow: ¿cómo aplicarlo en la gestión de empresas turísticas?

Turismo

30 de Mayo de 2025
una mujer excursionista rodeada de naturaleza

El turismo slow (o turismo lento) está marcando un nuevo rumbo en la forma de viajar y de gestionar negocios turísticos. Esta filosofía, que apuesta por experiencias auténticas y sostenibles, ofrece a las empresas del sector una vía para diferenciarse y responder a las expectativas de un viajero más consciente.

En el Doble Grado en ADE y Turismo de la Universidad Europea en Canarias, analizamos cómo esta nueva tendencia transforma la gestión empresarial. En este artículo, te explicamos qué es el slow tourism, por qué está revolucionando el sector y cómo aplicarlo a tu proyecto turístico.

¿Qué es el turismo slow?

El turismo slow surge como alternativa al turismo de masas y acelerado. Propone una manera de desplazarse menos apresurada, con estancias más largas y una atención especial a los detalles del lugar visitado. Su objetivo no es acumular destinos, sino disfrutar del proceso, entorno y contacto humano.

Se inspira en movimientos como el slow food y se apoya en valores como la sostenibilidad, la responsabilidad y la cercanía. Frente al turismo convencional, el slow tourism se caracteriza por:

  • Pasar más tiempo en cada lugar, sin prisas ni itinerarios saturados.
  • Compartir vivencias con la población local, sin filtros ni artificios.
  • Minimizar el impacto ambiental, eligiendo opciones respetuosas con el entorno.
  • Buscar actividades con significado, con talleres artesanales, rutas a pie o visitas a productores locales.

Además de transformar la experiencia del viajero, el turismo lento favorece a las comunidades anfitrionas, ya que promueve un modelo de desarrollo más equilibrado y razonable.

El auge del turismo lento: datos y tendencias

La demanda de ofertas turísticas más respetuosas con el medioambiente y el ritmo personal no deja de crecer. En particular, las generaciones más jóvenes valoran propuestas alejadas del turismo convencional.

Según una encuesta de Condor Ferries, un 60 % de los millennials prioriza conocer la cultura local por encima del confort, y un 73 % está dispuesto a pagar más por opciones responsables con la naturaleza. 

Algunos destinos que han apostado por el turismo slow están obteniendo resultados como:

  • Incremento en la duración media de la estancia, con picos de hasta 2 ó 3 días adicionales respecto al turismo tradicional.
  • Mayor estabilidad a lo largo del año, reduciendo la concentración en temporadas altas.
  • Mejora en las valoraciones de los visitantes, con aumentos de hasta un 40 % en índices de satisfacción.
  • Más ingresos para negocios locales, puesto que se priorizan productos y servicios de proximidad.

¿Cómo aplicar el turismo slow en la gestión de empresas turísticas?

Estrategias de slow tourism para hoteles

Adoptar un modelo de gestión empresarial basado en el slow tourism no es solo una decisión ética, sino también estratégica. Las empresas que ya lo están aplicando, sobre todo hoteles y alojamientos rurales, han comenzado a transformar su propuesta de valor, alineándola con esta nueva sensibilidad del viajero. Pero, ¿cómo se traduce esto en acciones concretas?

Diseño de experiencias auténticas

Los hoteles que apuestan por este tipo de turismo crean experiencias que conectan a los huéspedes con la cultura local. Algunos ejemplos son:

  • Gastronomía de proximidad: ofrecer menús elaborados con productos de kilómetro cero y trabajar con proveedores locales. Contar la historia detrás de cada plato añade valor emocional a la vivencia.
  • Actividades culturales y participativas: desde talleres con artesanos o agricultores hasta rutas guiadas por vecinos, estas actividades fomentan una conexión real con el lugar.
  • Arquitectura y decoración con sentido de lugar: utilizar materiales autóctonos y trabajar con diseñadores y artistas de la zona contribuye a generar una atmósfera coherente con la identidad cultural.

Tecnología al servicio de la lentitud

Aunque pueda parecer contradictorio, la tecnología puede ser una gran aliada del turismo slow cuando se usa de manera inteligente. Permite optimizar la experiencia sin renunciar a la filosofía de la lentitud. Algunas herramientas clave son:

  • Aplicaciones móviles que sugieren rutas alternativas y alejadas de los circuitos masificados.
  • Sistemas de check-in / check-out online que permiten una llegada tranquila y personalizada.
  • Plataformas que conectan con experiencias locales y favorecen el contacto directo con la comunidad.

Agencias de viajes: redefiniendo el concepto de itinerario

El turismo lento también plantea oportunidades para las agencias de viajes. Estas deben dejar atrás el modelo de itinerarios cerrados y acelerados, y ofrecer propuestas más flexibles, adaptadas al viajero que busca profundidad, no cantidad.

Itinerarios minimalistas y con más significado

Los nuevos paquetes turísticos valoran la permanencia. Se priorizan experiencias en pocas regiones, bien seleccionadas y con margen para la improvisación o el descanso. Por ejemplo: sustituir los clásicos "7 ciudades en 10 días" por estancias en "3 regiones en 15 días" con actividades inmersivas.

Alianzas con proveedores del entorno

Una de las razones del éxito del turismo lento es la colaboración con los actores locales. Las agencias que diseñan rutas con guías autóctonos, alojamientos familiares, restaurantes de barrio o productores artesanales ofrecen mayor autenticidad y, al mismo tiempo, distribuyen los beneficios de forma más equitativa.

Asesoramiento experto y a medida

En un contexto de sobresaturación digital, el conocimiento de los agentes de viaje vuelve a cobrar valor. No se trata de vender vuelos y hoteles, sino de recomendar rincones poco conocidos, experiencias especiales y vías alternativas de explorar un lugar. Esa personalización es precisamente lo que busca el viajero que puesta por ir más despacio.

Casos de éxito en turismo slow

La adopción del slow tourism es una realidad que ya está dando frutos en diferentes rincones del mundo. A continuación, comentamos algunos destinos y empresas que han sabido implementar esta filosofía estratégicamente:

Cittaslow: ciudades que desaceleran con propósito

El movimiento Cittaslow, nacido en Italia en 1999, agrupa a más de 280 ciudades de 33 países que promueven una vida más lenta, sostenible y humana. En España, localidades como Begur (Cataluña) o Bubión (Andalucía) forman parte de esta red, apostando por el comercio local, la movilidad suave y la conservación del patrimonio.

Turismo rural en Asturias y Galicia

El norte de España ha sido pionero en integrar la lógica del slow tourism en su oferta de turismo rural. Iniciativas como Aldea Rural Couso Galán (Lugo) o La Quintana de la Foncalada (Asturias) han recibido reconocimiento por su respeto por el entorno, hospitalidad personalizada y recuperación del patrimonio local.

Portugal: el ejemplo de Cerdeira

En el país vecino, Cerdeira – Home for Creativity ha convertido una aldea abandonada en un destino turístico basado en la sostenibilidad, la artesanía y la convivencia con la comunidad local. El proyecto combina residencias artísticas, talleres con materiales tradicionales y un modelo de gestión cooperativa.

Estos casos demuestran que el turismo lento puede ser rentable, escalable y capaz de generar valor más allá del beneficio económico inmediato.

El slow tourism plantea una forma distinta de gestionar empresas turísticas, con más atención al detalle, al entorno y a las personas. Para aplicarlo, hacen falta profesionales capaces de diseñar experiencias sostenibles, conectar con el territorio y responder a lo que hoy buscan los viajeros.

Formaciones como el Doble Grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) + Dirección Internacional de Empresas de Turismo y Ocio o el Grado en Turismo, ambas de la Universidad Europea en Canarias, preparan a quienes quieren impulsar un turismo más consciente, innovador y alineado con el futuro del sector.