
Torsión de estómago en perros: síntomas, causas y cómo prevenirla
14 de Agosto de 2025

Estar atento a las señales que da un animal es esencial para detectar posibles problemas de salud. Uno de los más graves, pero poco conocidos, es la torsión de estómago en perros, también conocida como torsión gástrica. Esta afección, que puede aparecer de forma repentina, requiere una actuación rápida para evitar consecuencias fatales. Entender qué la provoca, cuáles son sus síntomas y cómo se puede tratar o prevenir resulta vital para cualquier persona que conviva con perros, en especial de razas grandes.
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¿Qué es una torsión de estómago en perros?
La torsión gástrica o de estómago, también conocida como dilatación-vólvulo gástrico (DVG), es una emergencia veterinaria en la que el estómago del perro se llena de gases y líquidos, lo que provoca que se dilate. En los casos más graves, el estómago se gira sobre sí mismo, bloqueando la entrada y salida de alimento y aire. Este giro interrumpe el flujo sanguíneo hacia el estómago y otros órganos, lo que puede causar necrosis, shock y, si no se trata a tiempo, la muerte del animal.
La rapidez con la que se desarrolla hace que sea fundamental reconocer los signos de alarma y acudir de inmediato a una clínica veterinaria.
Causas y factores de riesgo de la torsión gástrica en perros
No existe una causa única que provoque la torsión de estómago en perros, pero sí se conocen varios factores que aumentan el riesgo:
- Tamaño y raza: afecta principalmente a razas grandes con pecho profundo como el gran danés, el pastor alemán o el dóberman.
- Alimentación: las comidas copiosas, y especialmente si el perro come con ansiedad, pueden favorecer la acumulación de gases.
- Ejercicio físico tras la comida: correr o jugar justo después de comer incrementa las probabilidades de que se produzca.
- Edad y antecedentes familiares: los perros mayores y aquellos con antecedentes genéticos tienen mayor predisposición.
Además, el estrés o los cambios bruscos en la rutina pueden influir en el comportamiento alimenticio y aumentar la posibilidad de sufrir este problema digestivo.
Síntomas de una torsión de estómago en perros
Saber reconocer los síntomas a tiempo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de nuestra mascota. Algunos de los signos más comunes de la torsión gástrica son:
- Abdomen distendido y tenso al tacto.
- Salivar en exceso o intentos fallidos de vomitar
- Inquietud, ansiedad o dolor visible.
- Respiración acelerada y ritmo cardíaco elevado.
- Decaimiento o debilidad general.
Ante cualquiera de estas señales, hay que acudir con urgencia al veterinario, ya que el pronóstico dependerá en gran parte del tiempo que haya transcurrido desde que se inició el proceso de torsión.
Tratamiento de la torsión gástrica en perros
El tratamiento para esta afección es siempre quirúrgico y de emergencia. El primer paso suele ser estabilizar al perro con líquidos intravenosos y medicamentos para reducir el shock. Luego, se procede a la cirugía para descomprimir el estómago, devolverlo a su posición original y fijarlo a la pared abdominal mediante una técnica llamada gastropexia, que ayuda a evitar futuras torsiones.
La recuperación dependerá del estado del animal en el momento de la intervención. Cuanto más pronto se actúe, mayores serán las probabilidades de éxito y menor el daño a los órganos internos.
Prevención de la torsión de estómago en perros
Aunque no se puede eliminar completamente el riesgo, hay medidas preventivas que pueden ayudar a reducirlo significativamente:
- Dividir la ración diaria en varias comidas pequeñas.
- Evitar el ejercicio físico intenso tras la comida.
- Proporcionar un ambiente tranquilo durante las comidas.
- Utilizar comederos antivoracidad si el animal come con ansiedad.
- En algunos casos, los veterinarios pueden recomendar la gastropexia preventiva, especialmente en razas de alto riesgo.
Esta capacidad para anticipar problemas y proteger la salud de los animales forma parte de las múltiples salidas de veterinaria disponibles para quienes deciden dedicarse a este ámbito profesional. En este sentido, el Curso en Cirugía Veterinaria de la Universidad Europea en Madrid ofrece una especialización clave para profesionales que buscan profundizar en este tipo de intervenciones críticas.
La torsión gástrica en perros nos recuerda lo importante que es contar con profesionales capaces de actuar con rapidez, pero también de prevenir desde el conocimiento. Abordar estos casos requiere una formación que combine aspectos clínicos con una comprensión del comportamiento y el entorno del animal. Por eso, estudiar medicina veterinaria implica mucho más que curar: es aprender a cuidar de forma integral.
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