En los próximos años viviremos otra gran revolución en Internet: la llegada de la web 3.0. Este nuevo ecosistema promete facilitar la navegación a través del big data, la inteligencia artificial y la tecnología de aprendizaje automático para proporcionar experiencias más seguras, fluidas y personalizadas. La web 3.0 cambiará tanto el diseño de los sitios web como la manera en la que las personas interactúan online, por lo que será un tema imprescindible lo mismo en los programas de desarrollo web que en el curso en Business Intelligence de la Universidad Europea.
La web 3.0 es un término que se utiliza para referirse a la tercera generación de servicios de Internet para sitios web y aplicaciones. Es una red informática en la que todos los datos están conectados y las máquinas procesan el contenido de la misma manera que las personas, razón por la cual también se le denomina web semántica.
Aunque este nuevo modelo está tomando forma ahora mismo, su objetivo es crear webs más inteligentes, conectadas, abiertas y adaptadas a cada usuario, de manera que estos puedan interactuar usando el lenguaje natural y acceder al contenido de manera más sencilla mientras las máquinas interpretan el software y procesan las peticiones infinitamente más rápido.
La web 1.0 surgió a inicios de la década de 1990. Sin embargo, la World Wide Web inicial era básicamente un reservorio de información a la que podían acceder los usuarios, pero las posibilidades de interactuar eran muy limitadas, por lo general a través de formularios de suscripción o boletines. En aquellos tiempos, conectarse a Internet era un proceso lento, la mayoría de los sitios web eran estáticos y tardaban una eternidad en cargar.
A medida que un mayor número de personas empezaron a usar Internet, se fueron creando nuevas infraestructuras y ecosistemas que representaron un impulso. Internet se volvió más rápido y abarcó una mayor variedad de aplicaciones y sitios web, lo que dio lugar a la web 2.0. Esta web se caracteriza precisamente por las redes y plataformas sociales en las que los usuarios generan contenido y ganan protagonismo en foros, blogs y vídeos.
La web 3.0 se centrará fundamentalmente en los datos para garantizar que los usuarios tengan mayor control sobre estos, gracias al uso de redes descentralizadas. Este tipo de web también permitirá personalizar la experiencia de navegación porque podrá entender las preferencias de los usuarios para proporcionarles información más relevante e individualizada. Como resultado, se podrá navegar de manera más rápida, productiva, segura y satisfactoria.
La web 3.0 tendrá un gran impacto en el mundo empresarial. Ante todo, obligará a las empresas a enfocarse aún más en los usuarios y ser más transparentes, en particular respecto a la recopilación y el uso de los datos personales. La web 3.0 supondrá una transformación radical ya que pondrá en el centro la privacidad del usuario usando tecnologías como blockchain.
Esta web aprovechará el potencial del blockchain para generar más confianza ya que es más seguro almacenar datos de los clientes en una cadena de bloques, un modelo descentralizado y más transparente, además de estar más protegido ante los ciberataques. Ese modelo más abierto y democrático abre nuevas oportunidades de negocio para las empresas más pequeñas ya que la web dejará de estar controlada en gran parte por los gigantes tecnológicos.
Otra ventaja de la web 3.0 para las empresas es que, al almacenar los datos en bases distribuidas, los usuarios no tendrán que preocuparse por interrupciones del servicio o suspensiones de cuentas debido a problemas técnicos, lo cual mejorará su experiencia con las empresas.
Con la ayuda de la inteligencia artificial, la web 3.0 también permitirá a las empresas conocer mejor a sus clientes, ayudándoles a detectar sus necesidades de compra para mostrarles solo aquellos productos o servicios que realmente pueden interesarles. Eso permitirá a las empresas diseñar campañas de marketing más personalizadas y eficaces que obtengan un mayor retorno de la inversión.
Por supuesto, esta red aún está en vías de desarrollo y todavía tiene mucho camino por delante, pero Siri y Alexa son algunos ejemplos de web 3.0 que anticipan el potencial de este nuevo modelo ya que combinan la inteligencia artificial con tecnología de reconocimiento de voz para facilitar la vida a los usuarios y adaptarse a sus necesidades y preferencias.
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