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Medicina y Salud
El timbre de una puerta, el chasquido que pueden producir los dedos o el tintineo de un cascabel son sonidos típicos que escuchamos de manera habitual en nuestro día a día. Sin embargo, pueden ser un suplicio para las personas diagnosticadas con misofonía, un trastorno auditivo reconocido por el mundo de la psiquiatría en el año 2013 por el que se muestra intolerancia a uno o varios estímulos sonoros.
Tratar este tipo de alteraciones es una de las funciones del Técnico Superior en Audiología Protésica, una titulación que ofrece el Centro de Formación Profesional Europeo de Madrid y que también puedes cursar en a través de su modalidad online mediante la FP semipresencial.
En este artículo te contamos cómo se origina la misofonía, cuál es la mejor manera de detectarla y qué posibles tratamientos y soluciones existen a esta aversión a escuchar sonidos.
La misofonía tiene surge por un trastorno neurológico generado en el sistema auditivo central, en el cerebro. Esta afección suele desarrollarse en la infancia o en la adolescencia, aunque puede aparecer en cualquier momento de la vida de una persona.
No toda reacción contraria a un determinado sonido o serie de sonidos es consecuencia de una misofonía. Por ello, existen múltiples pruebas que los profesionales de la medicina llevan a cabo para determinar si una respuesta negativa a un sonido está condicionada por esta afección que, según un estudio publicado por la Universidad de Newcastle, ya afecta entre al 6 % y al 20% de la población mundial.
Cuando se trata de detectar posibles síntomas de la misofonía, conviene estar pendiente tanto de las reacciones de la persona como de posibles manifestaciones en su cuerpo. Quienes sufren de esta afección presentan episodios de:
Estos estados de ánimo pueden ser acompañados de síntomas como:
Acudir a especialistas en salud mental o psicoterapeutas puede facilitar la detección de la misofonía. Acostumbrados a tratar con traumas y alteraciones del comportamiento, estos profesionales pueden identificar síntomas típicos de la afección para empezar a trabajar en una terapia.
Hoy en día no hay un tratamiento específico contra la misofonía, por lo que es esencial aprender a vivir con ella. Sin embargo, existen diversas terapias que alivian sus síntomas. Estos son algunos de los principales tratamientos:
Una de las posibles claves para solucionar la misofonía es acostumbrarse a aquellos sonidos que generan una respuesta negativa con el objetivo de que el cerebro se habitúe y acabe considerándolos normales. Este proceso suele llevar una media de nueve meses y su tasa de éxito es del 90 %, según confirma el Centro del Audífono de Valencia.
En sus primeros estadios, se recomienda no poner el foco en las fuentes que emiten el sonido que genera malestar. En el caso de que este proceda de personas, como ocurre en la mayoría de las ocasiones, es aconsejable no tenerlas en el campo de visión para no mostrar un alto grado de vigilancia ni obsesionarse.
Si esa persona forma parte de la vida cotidiana de quien padece misofonía, es recomendable hablarlo con ella para hacerle entender el problema. Una exposición menor a ese ruido siempre será beneficiosa para sobrellevar mejor la situación.
Además de las recomendaciones previas, existe una serie de prácticas que reducen los efectos que sufren los pacientes de misofonía en su día a día. Por ejemplo:
Ya conoces en qué consiste la misofonía y cuáles son sus principales síntomas y tratamientos. Si te interesa el mundo de la medicina y más concretamente el campo de la medicina auditiva, echa un vistazo a la oferta académica de nuestra web.