¿Qué actividades conforman la economía naranja?
En sus inicios, el principal enfoque de la economía naranja se dirigió a la industria cultural y artística. Sin embargo, con el paso del tiempo y, en parte, debido a la creciente influencia de la tecnología en la sociedad, durante las últimas décadas la economía naranja ha arrastrado también bajo su ala a sectores como el de las telecomunicaciones, la robótica, la programación o la creación de contenidos.
Llegados a este punto, podemos dividir la economía naranja en dos grandes grupos:
- Industria cultural: abarca el arte, el entretenimiento, el diseño, la arquitectura, la publicidad, la gastronomía…
- Economía del conocimiento: incluye la educación, la investigación y el desarrollo, la tecnología, las telecomunicaciones, la robótica, la nanotecnología, la industria aeroespacial…
A su vez, las actividades que conforman cada una de estas agrupaciones se pueden dividir en cuatro secciones:
- Industrias culturales convencionales, como la editorial, audiovisual o musical.
- Artes y patrimonio, como las artes visuales, escénicas y espectáculos, el turismo y el patrimonio cultural material e inmaterial, y la educación artística y cultural.
- Nuevos medios y software, como las industrias del diseño, la publicidad, la moda, las agencias de noticias y otros servicios de información.
- Áreas de soporte para la creatividad, incluyendo todas aquellas industrias relacionadas con la I+D+i creativa y cultural, la educación creativa, la formación técnica especializada, la gobernanza y los derechos de propiedad intelectual.
Además, la economía naranja tiene un gran componente de creatividad e innovación muy ligado con carreras como los Grados y Carreras de Diseño o los Másters de diseño que permiten que los productos o servicios brindados integren aspectos como la inclusión social y la sostenibilidad de manera más accesible. Pero sus ventajas no acaban aquí, y es que aplicar la economía naranja a las industrias tiene grandes efectos en sus economías, como, por ejemplo, grandes beneficios sociales y económicos, creación de nuevos empleos, reducción de la brecha salarial o una mayor diferenciación y competitividad en el mercado.
Como ves, la economía naranja ha crecido hasta formar parte del desarrollo cultural de cualquier país y entorno, por lo que se ha convertido en un tema ampliamente estudiado en el ámbito de la microeconomía.
Su terreno de actuación es dilatado y progresa de forma constante. Por ello, en la actualidad es un patrimonio de gran atractivo para toda persona dedicada al ámbito creativo y/o con ganas de emprender.
El vínculo entre creatividad y economía ha permitido obtener este modelo que no para de crecer en la industria y que es capaz de potenciar, no solo los valores y principios ligados a la creatividad, sino también orientados a los resultados y a la creación de una verdadera riqueza dentro del entorno artístico y cultural.