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Empresa y Tecnología
Vivimos en la era de la tecnología y la digitalización; el momento en el que las industrias evolucionan con rapidez en su búsqueda de innovación y productos únicos, que marquen la diferencia y atraigan a clientes potenciales.
En este artículo hablaremos de la economía naranja, la riqueza que puede generarse a partir de la cultura y la creatividad, y una de las disciplinas que se estudian en nuestro Grado en Artes Digitales de la Universidad Europea.
Llamamos economía naranja al conjunto de actividades que transforman ideas en bienes y servicios de carácter cultural e intelectual.
Esta denominación surgió por la asociación tradicional entre el color naranja y la creatividad. Por ello, entendemos que la economía naranja engloba todas aquellas actividades que transforman este ingenio y originalidad en un bien o servicio que se pueda fomentar, no solo en beneficio económico, sino también cultural y creativo.
Estas acciones normalmente pertenecen, entre otros, a sectores vinculados con el arte, la cultura, la investigación, la ciencia o la tecnología. En definitiva, hacen referencia a aquellos campos que se caracterizan fundamentalmente por su creatividad.
Algunos atributos que hacen que la economía naranja destaque entre otras son:
La economía naranja nació con dos claros propósitos:
Este último objetivo es particularmente importante, pues la economía naranja nació precisamente de la necesidad de impulsar la rentabilidad de las obras creativas en sus diferentes manifestaciones.
En sus inicios, el principal enfoque de la economía naranja se dirigió a la industria cultural y artística. Sin embargo, con el paso del tiempo y, en parte, debido a la creciente influencia de la tecnología en la sociedad, durante las últimas décadas la economía naranja ha arrastrado también bajo su ala a sectores como el de las telecomunicaciones, la robótica, la programación o la creación de contenidos.
Llegados a este punto, podemos dividir la economía naranja en dos grandes grupos:
A su vez, las actividades que conforman cada una de estas agrupaciones se pueden dividir en cuatro secciones:
Además, la economía naranja tiene un gran componente de creatividad e innovación muy ligado con carreras como los Grados y Carreras de Diseño o los Másters de diseño que permiten que los productos o servicios brindados integren aspectos como la inclusión social y la sostenibilidad de manera más accesible. Pero sus ventajas no acaban aquí, y es que aplicar la economía naranja a las industrias tiene grandes efectos en sus economías, como, por ejemplo, grandes beneficios sociales y económicos, creación de nuevos empleos, reducción de la brecha salarial o una mayor diferenciación y competitividad en el mercado.
Como ves, la economía naranja ha crecido hasta formar parte del desarrollo cultural de cualquier país y entorno, por lo que se ha convertido en un tema ampliamente estudiado en el ámbito de la microeconomía.
Su terreno de actuación es dilatado y progresa de forma constante. Por ello, en la actualidad es un patrimonio de gran atractivo para toda persona dedicada al ámbito creativo y/o con ganas de emprender.
El vínculo entre creatividad y economía ha permitido obtener este modelo que no para de crecer en la industria y que es capaz de potenciar, no solo los valores y principios ligados a la creatividad, sino también orientados a los resultados y a la creación de una verdadera riqueza dentro del entorno artístico y cultural.