Habitualmente nos topamos con problemas que parecen no tener una solución sencilla. Por eso, en ocasiones, es necesario adquirir nuevos enfoques de pensamiento que nos permitan crear distintos métodos de razonamiento y dar con una resolución.
Una de estas nuevas perspectivas, que puedes estudiar en profundidad en nuestro Grado en Pedagogía o Doble Grado en Educación Primaria y Pedagogía, es el denominado pensamiento lateral. El pensamiento lateral se caracteriza por resolver diferentes problemas de manera indirecta a través de la creatividad y las soluciones atípicas.
Este es uno de los nuevos retos educativos y aspira a buscar caminos alternativos que conduzcan a una resolución más creativa de los problemas.
Algunos elementos que forman parte del pensamiento lateral son:
Esta característica nos permitirá considerar varios puntos de vista para resolver un problema.
Con creatividad podremos explorar posibilidades remotas y salir del patrón tradicional para ver el mundo desde diferentes ángulos.
Cuestionarse las cosas y hacerse las preguntas acertadas permite avanzar hasta resolver totalmente un problema.
Poseer un pensamiento lógico permite dar con una solución rápida y de forma eficaz.
El pensamiento lateral suele surgir cuando no somos capaces de resolver un problema de forma lógica. En algunas de las nuevas metodologías activas de educación infantil esta habilidad ya se comienza a desarrollar.
A continuación, te explicamos algunas de las técnicas que ayudan a aplicar el pensamiento lateral:
El brainstorming consiste en la puesta en común de una lluvia de ideas (traducción literal de este término inglés) originales. Su principal propósito es encontrar el mayor número de respuestas posibles al reto planteado.
Los mapas mentales son esquemas gráficos que permiten relacionar diferentes ideas con flechas, segmentos o caminos. Así, podemos entender mejor un tema o proyecto.
Los cambios de enfoque sirven para transformar ideas asociadas que, quizás, no fueron apreciadas en primera instancia.
Como hemos mencionado, el pensamiento lateral es una excelente alternativa para buscar (y encontrar) soluciones novedosas a cualquier problema. Sin embargo, su uso más atractivo surge en los entornos empresariales.
El pensamiento lateral puede actuar como herramienta de apoyo en los procesos de selección de personal, ya que permite medir la creatividad que posee un candidato para dejar de lado las respuestas más lógicas a una pregunta y ofrecer otras más versátiles, con un enfoque diferente.
En definitiva, permite hacer una criba y encontrar a los perfiles más imaginativos y resolutivos, dos de las principales cualidades que destacan entre quienes buscan salidas profesionales dentro de la pedagogía.
Podemos entender a qué nos referimos con pensamiento lateral con este simple acertijo:
“Si algunos meses tienen 31 días y otros meses solo tienen 30, ¿cuántos tienen 28 días?”
Seguramente, tu primera respuesta sea “Solo uno, febrero”. Sin embargo, si analizamos de manera más concisa el enunciado podemos llegar a una conclusión diferente: todos los meses tienen 28 días. Este es un ejemplo de una respuesta guiada por el pensamiento lateral.
Pensar de forma diferente a lo habitual no siempre resulta sencillo, especialmente, cuando nuestro sistema educativo se caracteriza por valorar la lógica por encima de la creatividad. Pero si nos esforzamos en potenciar nuestra imaginación y pensar de manera lateral, podremos encontrar soluciones originales a muchos de los retos que pueden surgir en nuestro día a día.
La importancia en invertir tiempo y esfuerzo en desarrollar este pensamiento es evidente. Fomentar este tipo de habilidad brinda múltiples beneficios tanto en el ámbito laboral como académico. Si quieres saber más cómo aplicar esta y otras disciplinas, no dudes en consultar nuestros cursos para docentes.