

Hay ciertos alimentos que pueden representar un riesgo para la salud, incluso cuando parecen estar bien conservados. Esto se debe a que contienen bacterias peligrosas como la listeria, un microorganismo que puede encontrarse en productos cotidianos como los embutidos o los lácteos y que puede provocar una infección grave conocida como listeriosis.
La listeria es uno de los patógenos que se estudian en el Máster en Seguridad Alimentaria en Madrid de la Universidad Europea. Esta titulación ofrece una formación completa sobre los mecanismos de control, prevención y gestión de riesgos en toda la cadena alimentaria. Su enfoque multidisciplinar combina normativa, control de calidad, tecnología de los alimentos, sistema APPCC y gestión empresarial.
En este artículo te explicamos qué es la listeria, cómo se transmite y en qué casos es más peligrosa.
¿Qué es la listeria?
La Listeria monocytogenes es una bacteria que se encuentra de forma natural en el suelo, el agua y algunos animales como el ganado. A diferencia de otras bacterias, tiene la capacidad de sobrevivir y multiplicarse en condiciones extremas, como en refrigeración o en ambientes con poca humedad.
Esta bacteria es responsable de una infección poco común, pero muy seria, llamada listeriosis. Aunque la mayoría de las personas sanas pueden no presentar síntomas o tener un cuadro leve, en ciertos grupos puede causar enfermedades graves como meningitis, septicemia e incluso la muerte.
Uno de los aspectos más preocupantes de la listeria es que puede contaminar los alimentos durante su procesamiento, especialmente si no se siguen protocolos estrictos de control de calidad de alimentos. Por esta razón, la industria alimentaria presta especial atención a este patógeno y toma medidas para evitar su presencia en la cadena de suministro.
Cómo se transmite la listeria
El principal medio de transmisión de la listeria es el consumo de alimentos contaminados. A diferencia de otras bacterias, la listeria puede sobrevivir incluso en productos refrigerados, lo que dificulta su detección. Algunos de los alimentos con mayor riesgo de contaminación son:
- Embutidos y carnes frías no cocidas (como el jamón serrano o los fiambres).
- Quesos blandos elaborados con leche no pasteurizada.
- Pescado crudo o ahumado.
- Patés refrigerados.
- Frutas y verduras crudas mal lavadas.
Por ejemplo, los casos relacionados con listeria en embutidos han sido motivo de alerta sanitaria en múltiples ocasiones. Esto ha llevado a implementar medidas estrictas de higiene y trazabilidad en la industria cárnica.
Además del consumo directo, la bacteria también puede contaminar superficies, utensilios de cocina y manos, lo que incrementa el riesgo de transmisión cruzada. Por eso, mantener buenas prácticas de higiene en el hogar es fundamental para reducir la exposición.
Qué personas son susceptibles de tener listeriosis: grupos de riesgo
La listeriosis no afecta a todas las personas por igual. Existen ciertos grupos que tienen un mayor riesgo de desarrollar complicaciones graves:
- Mujeres embarazadas
Uno de los grupos más vulnerables son las embarazadas. La listeria en el embarazo puede parecer una infección leve o pasar desapercibida en la madre, pero puede tener consecuencias muy graves para el feto y provocar abortos espontáneos, partos prematuros o infecciones severas en el recién nacido.
Por eso, durante el embarazo se recomienda evitar alimentos de alto riesgo, como quesos blandos no pasteurizados, embutidos curados y pescado crudo o ahumado.
- Personas mayores y con sistemas inmunitarios debilitados
Las personas mayores de más edad y las que tienen enfermedades crónicas como diabetes, cáncer o VIH también están en riesgo. Su sistema inmunológico no responde con la misma eficacia, lo que permite que la bacteria se disemine más fácilmente en el organismo.
- Recién nacidos
Los recién nacidos pueden contraer listeriosis durante el parto si la madre está infectada. En estos casos, la infección puede derivar en meningitis neonatal o incluso en la muerte del recién nacido si la enfermedad no se trata de manera inmediata.
Síntomas y tratamiento de la listeriosis
Los síntomas de la listeriosis pueden variar considerablemente dependiendo del estado de salud de la persona infectada. En individuos sanos, esta enfermedad presenta signos parecidos a los de la gripe común como fiebre, dolor muscular, náuseas o diarrea.
Sin embargo, en personas de riesgo, los síntomas pueden complicarse y afectar al sistema nervioso central, provocando dolores de cabeza intensos, rigidez en el cuello, confusión, pérdida del equilibrio e incluso convulsiones.
El diagnóstico se realiza generalmente mediante análisis de sangre o pruebas del líquido cefalorraquídeo para confirmar la presencia de Listeria monocytogenes.
El tratamiento de la listeriosis incluye antibióticos, especialmente la ampicilina, que puede combinarse con gentamicina en los casos más graves. La duración del tratamiento depende del tipo y severidad de la infección, y puede extenderse durante varias semanas.
En las mujeres embarazadas, el tratamiento temprano puede prevenir la transmisión al feto, por lo que es crucial acudir al personal médico ante cualquier síntoma sospechoso.
¿Cómo prevenir la listeriosis?
Prevenir la infección por listeria implica adoptar hábitos higiénicos adecuados en la manipulación y preparación de alimentos. Aquí te dejamos algunas recomendaciones clave:
- Lavar bien frutas y verduras antes de consumirlas
- Cocinar completamente carnes, pescados y mariscos
- Evitar quesos elaborados con leche no pasteurizada
- Guardar los alimentos perecederos en refrigeración a temperaturas inferiores a 5 °C
- No consumir productos vencidos o en mal estado
- Limpiar con frecuencia superficies y utensilios de cocina
Además, la biotecnología alimentaria desempeña un papel fundamental en el desarrollo de métodos innovadores para detectar y controlar la presencia de listeria en los alimentos. Gracias a estas tecnologías, hoy en día es posible reducir considerablemente los riesgos, especialmente en entornos industriales.
La listeria es una amenaza real, que puede tener consecuencias graves si no se previene adecuadamente. Conocer cómo se contagia, a quién afecta con mayor riesgo y qué medidas adoptar es clave para proteger tu salud y la de quienes te rodean. Si quieres trabajar en seguridad alimentaria, en la Universidad Europea te ofrecemos un amplio catálogo de masters de ciencias de la salud donde estudiar la rama sanitaria que más te interese.