El interés en el papel de la neurociencia y la psicología cognitiva para entender, predecir y mejorar el rendimiento de los deportistas ha crecido durante los últimos años. Y, es que, el entrenamiento cognitivo, o estimulación cognitiva, permite mantener y mejorar funciones ejecutivas del cerebro como la atención, la velocidad de procesamiento o la memoria. Al igual que para mejorar la condición física es necesario ejercitar el cuerpo, se cree que para mantener las capacidades cognitivas es necesario ejercitar también las funciones cognitivas centrales.
Este tipo de ejercicios pueden resultar beneficiosos para cualquier persona que desee aumentar su rendimiento mental, ya sea por temas de edad o enfermedades, o para rendir al máximo en el día a día, como en el caso de los deportistas.
En el caso de los atletas, el entrenamiento de habilidades cognitivas les puede ayudar a tomar mejores decisiones en el terreno de juego y, en consecuencia, a conseguir sus objetivos deportivos. En el CAFYD - Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Europea, y en su homólogo en Canarias, se incluyen estos contenidos para ofrecer una formación holística a los futuros profesionales del sector.
El entrenamiento cognitivo es una actividad que se enmarca dentro de la estimulación cognitiva. Dentro del mismo, se pueden diferenciar dos vertientes: el entrenamiento cognitivo de dominio general y el entrenamiento cognitivo de contexto específico. El primero pone el foco en el desarrollo de funciones cognitivas centrales que se aplican a múltiples tareas, como la memoria. Por su parte, el segundo trabaja una actividad cognitiva aplicada a una tarea en un contexto específico.
El entrenamiento cognitivo de dominio general suele ser el más común, pues busca mejorar la función cognitiva entrenada, así como otras funciones cognitivas cercanas o superpuestas. Algunas de las capacidades que más se trabajan con este entrenamiento son la memoria, la velocidad de procesamiento, el control ejecutivo o la orientación.
En función del campo de aplicación sobre el que se desarrolle el entrenamiento cognitivo, es posible realizar una clasificación más detallada del mismo:
Dependiendo del tipo de entrenamiento que se quiera llevar a cabo, se pueden realizar diferentes actividades. Por ejemplo, las funciones cognitivas se pueden ejercitar mediante textos y preguntas, imágenes, juegos en línea o videojuegos que requieren razonamiento visual y espacial. También pueden entrenarse a través de la danza, el arte, la música o el ejercicio cardiovascular. Existen cuadernos de actividades de estimulación cognitiva para trabajar las funciones ejecutivas y capacidades como la atención, la memoria, el razonamiento o la resolución de problemas. También hay juegos de entrenamiento cerebral para móviles y tabletas, así como aplicaciones.
Como se ha mencionado anteriormente, existen diferentes procedimientos que ayudan a estimular y ejercitar el cerebro.
Se trata de una de las formas más populares de entrenamiento cognitivo e incluye juegos para ayudar a trabajar la memoria, acertijos o adivinanzas, problemas de lógica, sudokus o tareas de cálculo mental, entre otros. Estos juegos resultan muy útiles, pues se pueden hacer en cualquier momento y suelen estar disponibles tanto en formato físico como digital. Además, cualquier persona puede hacerlos, ya que es posible regular el nivel de dificultad.
Se trata de una nueva tecnología que actualmente solo pueden administrar profesionales y consiste en aplicar corrientes de baja intensidad directamente al cerebro.
Aunque se han demostrado mejoras en la capacidad de aprendizaje de tareas complejas con esta técnica, se trata de un método reciente que sigue estando bajo estudio.
Actualmente, están surgiendo avances tecnológicos para el entrenamiento cognitivo a partir de disciplinas como la neurotecnología o las interfaces cerebro-computador. Estas permiten medir la actividad cerebral para personalizar las intervenciones de los pacientes y proporcionan evidencia sobre los cambios que se producen en el cerebro.
Junto con un estilo de vida activo y una alimentación sana, realizar ejercicios de entrenamiento cognitivo en el día a día puede resultar beneficioso para cualquier persona, independientemente de si tiene un deterioro o no. En el caso del deporte, la fisiología del ejercicio puede ayudar a trabajar todos estos factores a la vez para mejorar el rendimiento.
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