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Medicina y Salud
16 may 2024

Deterioro de la movilidad física: factores de riesgo y cuidados

Editado el 16 Mayo 2024
especialista ayudando en la recuperación de movilidad de un paciente

La movilidad física es clave para que las personas sean independientes y disfruten de una vida plena, especialmente las personas mayores. Los programas de actividad física dirigidos a este grupo de la población pueden tener un gran impacto en su bienestar y en su calidad de vida. Sin embargo, para llevarlos a cabo, se necesitan profesionales de la educación física que cuenten con habilidades y conocimientos especializados.

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Y si quieres saber más sobre el deterioro de la movilidad física, incluidos los factores de riesgo o los métodos para evaluarla, sigue leyendo.

¿Qué es el deterioro de la movilidad física y por qué se caracteriza?

Según la NANDA (North American Nursing Diagnosis Association), el deterioro de la movilidad física se define como la limitación del movimiento independiente de una persona. Puede referirse a todo su cuerpo o solo a una parte de este.

Algunas de las características que acompañan a este diagnóstico son:

  • Limitación de las capacidades para realizar movimientos precisos y/o coordinados.
  • Problemas para mantener el equilibrio mientras se realizan actividades cotidianas.
  • Aparición de movimientos más lentos acompañados de posibles temblores.
  • Mayor fatiga al realizar movimientos.
  • Necesidad de ayuda extra para realizar tareas diarias.
  • Insomnio.
  • Problemas para moverse en la cama.
  • Dificultades al caminar.

Factores de riesgo que contribuyen al deterioro de la movilidad física

El deterioro de la movilidad física puede relacionarse con otros factores de riesgo ligados a la salud, como, por ejemplo:

  • Disfunción cognitiva: provoca dificultad en la coordinación y planificación de movimientos.
  • Disminución de la tolerancia a la actividad: se presenta por una mayor fatiga al realizar movimientos.
  • Disminución del control muscular: genera la aparición de movimientos inestables o descoordinados.
  • Disminución de la fuerza muscular: suscita dificultades para realizar actividades que requieren fuerza física.
  • Desuso: la falta de actividad física puede provocar atrofia muscular y rigidez articular.
  • Masa muscular insuficiente: contribuye a la debilidad y la falta de resistencia durante el movimiento.
  • Rigidez de las articulaciones: puede limitar el rango de movimiento y aumentar la dificultad a la hora de realizar actividades cotidianas.
  • Desnutrición: puede provocar debilidad muscular y falta de energía cuando se realizan movimientos.
  • Condiciones neuroconductuales: afectan a la coordinación y la capacidad para realizar movimientos precisos.
  • Resistencia al iniciar un movimiento: asociada con el miedo al dolor o a las lesiones.
  • Estilo de vida sedentario: puede conducir a la pérdida de fuerza y ​​flexibilidad, así como a una disminución en la capacidad de movimiento en términos generales. Afecta negativamente a la fisiología del ejercicio.

Evaluaciones sobre el deterioro de la movilidad física

La evaluación del deterioro de la movilidad física es crucial para comprender y abordar los desafíos que enfrentan los pacientes con este tipo de trastorno. Una evaluación integral abarca el examen de algunos de los sistemas más importantes del cuerpo humano.

  • Evaluación músculos y huesos

Dado que los problemas relacionados con un deterioro de la movilidad física están vinculados a trastornos de los músculos y los huesos, es necesario evaluar el funcionamiento del sistema óseo-muscular. En estas evaluaciones se pone especial énfasis en examinar la masa, el tono, la fuerza y la coordinación muscular.

  • Evaluación cardiovascular

La falta de movilidad física puede dañar la circulación sanguínea, así que es importante realizar una evaluación cardiovascular completa que incluya el análisis de:

  • Tonos cardíacos
  • Presión arterial
  • Latidos cardíacos en la punta del corazón y en las arterias fuera de este
  • Tiempo de relleno capilar acorde con el sistema tegumentario
  • Posibles edemas en las piernas
  • Evaluación del sistema respiratorio


Evaluar el sistema respiratorio en relación con la movilidad física implica examinar la capacidad del paciente para respirar adecuadamente mientras se mueve a la vez que se evalúan sus:

  • Sonidos pulmonares
  • Movimiento y simetría de la pared torácica
  • Ritmo, profundidad y esfuerzo de las respiraciones
  • Evaluación del sistema gastrointestinal

Al examinar el sistema gastrointestinal, se puede saber cómo la salud digestiva del paciente puede afectar su capacidad para moverse. Este tipo de evaluación incluye la auscultación de los ruidos intestinales y la palpación del abdomen para comprobar si existe o no distensión o malestar.

  • Evaluación de los órganos reproductivos y urinarios

Para evaluar problemas en los órganos reproductivos y urinarios, hay que buscar señales de problemas en las vías urinarias. Estos pueden relacionarse con el dolor en la región del pubis, dificultad o molestia al orinar, necesidad urgente o frecuente de orinar, y pérdida de control de la vejiga.

Como hemos visto, el deterioro de la movilidad física afecta negativamente al bienestar y la calidad de vida de las personas mayores. Por otra parte, este segmento de la población es cada vez más numeroso debido al aumento de la esperanza de vida y al envejecimiento de la población. Esta situación está generando una necesidad cada vez mayor de profesionales especializados en la actividad física de las personas mayores. Si te dedicas a la educación física, este puede ser un campo con muchas salidas, tanto en el sector público como en el privado.

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