
¿Qué es la competitividad empresarial y cuál es su importancia?
14 de Agosto de 2023

Durante los últimos tiempos, la globalización ha brindado grandes beneficios a las empresas. Algunos se relacionan con una mayor apertura a nuevos mercados; otros, con los grandes avances tecnológicos de la era digital.
No obstante, esto ha intensificado la competencia entre empresas. Ahora, las organizaciones deben hacer frente a más desafíos para conservar o mejorar su competitividad empresarial.
¿Qué significa exactamente la competitividad empresarial? Tal como se estudia en el Máster en Dirección de Procesos Estratégicos y Operaciones, es la capacidad de las organizaciones para generar, mejorar o mantener su crecimiento y desarrollo dentro de un determinado marco socioeconómico. Descubre sus principales características y las mejores estrategias para potenciarla.
Importancia de la competitividad empresarial
Un nivel sólido de competitividad empresarial resulta fundamental a la hora de ejecutar estrategias y campañas efectivas, así como para conseguir las metas de crecimiento empresarial establecidas.
Además de sentar las bases para un desarrollo exitoso, la competitividad empresarial permite conocer la salud o el estado de un negocio y, en consecuencia, saber cómo abordar su rentabilidad.
Es labor de cada organización buscar, cuidar y fortalecer sus ventajas competitivas. Cuando existe competitividad, una empresa puede embarcarse en un proceso de crecimiento e introducir nuevos productos o servicios, así como innovar en su oferta y mejorar sus prestaciones.
La importancia de la competitividad empresarial radica, por tanto, en las capacidades y recursos de la empresa para potenciar estrategias más eficaces, establecer una comunicación eficiente con sus clientes y generar un valor en su sector.
Tipos de competitividad empresarial
La competitividad empresarial se divide en tres categorías:
- Competitividad económica: relacionada con los aspectos de la cadena de suministro y producción. Permite a la empresa ofrecer precios más competitivos.
- Competitividad sistemática: hace referencia a la capacidad de una compañía para establecer relaciones sólidas y eficientes con los diferentes grupos de interés o stakeholders.
- Competitividad estructural: tiene que ver con la estructura interna, según la cual opera y se organiza la empresa. Puede brindar grandes ventajas frente a otras empresas del mismo sector.
Factores de la competitividad empresarial
Para lograr la competitividad de una empresa, se consideran los siguientes factores:
- Capacidad directiva: si los gerentes son capaces de dirigir y gestionar el negocio de manera eficiente, aumentará la competitividad.
- Diferenciación de productos o servicios: capacidad de la empresa para atender las demandas no satisfechas de los consumidores y crear productos innovadores que marquen la diferencia.
- Relación calidad/precio: busca el equilibrio entre un producto de la máxima calidad al menor precio.
- Uso de la tecnología: capacidad para adaptarse a la transformación digital de la empresa con herramientas como la inteligencia artificial o la ciberseguridad. Resulta fundamental para ahorrar tiempo y dinero gracias a la posibilidad de automatizar procesos.
- Innovación: habilidad de la empresa para ir siempre un paso por delante de sus competidores, encontrando soluciones más eficaces.
- Recursos financieros: dinero en efectivo, depósitos, abonos, inversiones… Todos los recursos financieros que permitan a la empresa mejorar su liquidez para ejecutar nuevos proyectos.
- Recursos comerciales: se definen como los elementos tangibles e intangibles que posibilitan a una empresa desarrollar con éxito proyectos específicos, o avanzar de manera eficiente en los procesos de producción.
- Capital humano: la formación o especialización de los empleados de la empresa permite potenciar su competitividad.
Estrategias para aumentar la competitividad empresarial
Algunas de las estrategias más implementadas en la generación de competitividad empresarial son:
- Incrementar la satisfacción de los clientes: mejorar la calidad de los productos que los consumidores compran influirá en su nivel de satisfacción y logrará que sean fieles compradores.
- Reducir los costes de operación: sin renunciar a la calidad de los productos.
- Desarrollar nuevos productos y servicios: o mejorar los que tenemos puede optimizar el posicionamiento de nuestra marca en el mercado con respecto a los demás competidores.
- Mejorar los procesos: por ejemplo, con la formación del personal o la actualización de sistemas y tecnología.
En definitiva, el propósito principal de la competitividad empresarial es hacer frente a nuevos desafíos empresariales y conseguir que nuestra organización se posicione de manera sólida en el mercado.
Por ello, es preciso que la propia empresa considere las acciones de la competencia y todos aquellos factores que le permitan enfocarse en mantener una buena presencia en el mercado, sin descuidar en ningún momento su capacidad para adaptarse a nuevos entornos.