La aprobación de la LOMLOE 2020 a finales del año pasado trajo consigo la propuesta de un modelo de aprendizaje competencial. Es decir, basado en la puesta en práctica de ideas o aplicación de conocimientos y enfocado en la toma decisiones o resolución de los problemas del día a día, independientemente de si estas situaciones se dan dentro o fuera del aula.
Para ello, el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) ha estado trabajando en el diseño de un nuevo currículo escolar abierto, flexible, con una estructura mejor integrada, al servicio de una educación inclusiva y que garantice la atención a la diversidad.
A su vez, se ha establecido lo que hoy se conoce como el Perfil de salida del alumnado al término de la educación básica. Esto es las competencias clave que todo estudiante deberá haber conseguido y desarrollado al finalizar la educación obligatoria.
A la hora de definir estas competencias claves, además de tener en cuenta que garantizasen una formación integral de los estudiantes (intelectual, personal, social y emocional), se empleó como marco de referencia la Recomendación del Consejo de la Unión Europea de 2018 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Consiste en identificar, comprender y expresar ideas, opiniones y sentimientos, tanto oralmente como por escrito, a través de soportes audiovisuales y multimodales en diferentes contextos y con distintos fines.
Se trata de manejar diversas lenguas correcta y eficientemente para el aprendizaje y la comunicación.
Hace referencia a comprender y transformar el entorno de un modo comprometido, responsable y sostenible usando el método científico, el pensamiento matemático, la tecnología y las técnicas de la ingeniería.
Radica en hacer un uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, tanto en el ámbito educativo como en el laboral y social.
De las competencias clave de la LOMLOE es la relacionada con reflexionar sobre uno mismo, cooperar e interactuar con la gente de nuestro alrededor y favorecer la capacidad de aprendizaje y crecimiento personal a lo largo de la vida.
Se refiere a participar de un modo activo, responsable y cívico en el desarrollo de la sociedad, además de fomentar una ciudadanía mundial y adquirir un compromiso con la sostenibilidad.
Es la capacidad de identificar las oportunidades y utilizar los conocimientos adquiridos anteriormente para idear procesos que contribuyan a alcanzar unos objetivos prestablecidos o aportar valor añadido a algo. Tener creatividad e iniciativa. Pasar de las ideas a la acción.
Se fundamenta en tener una actitud crítica, positiva, respetuosa y abierta al diálogo ante las diferentes manifestaciones culturales y artísticas que existen.
Cabe señalar que todas ellas constan de 3 dimensiones: cognitiva (compresión y asimilación de información), instrumental (uso de los conocimientos para la obtención de resultados) y actitudinal (capacidad de acción o reacción ante ideas o situaciones).
Asimismo, este modelo de aprendizaje competencial de la LOMLOE está pensado para que la consecución de una de estas aptitudes contribuya a la obtención de las demás.
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