La tasa de divorcios y separaciones en España ha ido en aumento en los últimos años. Cada vez son más las parejas que deciden poner fin a su relación, ya sea por incompatibilidades, problemas de comunicación o dificultades en la resolución de conflictos. En estos momentos de transición, contar con el apoyo profesional de un terapeuta de pareja puede ser clave para saber cómo afrontar una separación.
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El papel de los terapeutas es fundamental para ayudar a las parejas a entender sus necesidades individuales y conjuntas durante el proceso de separación y reducir el impacto psicológico.
Estos profesionales evalúan el estado emocional de los miembros de la pareja y les proporcionan un espacio seguro donde expresar sus sentimientos y preocupaciones.
También ofrecen estrategias sobre cómo afrontar una separación y gestionar el estrés y la ansiedad que causan estas situaciones. Entre las más comunes, podemos destacar las siguientes:
Estas estrategias no solo ayudan a gestionar la separación, sino que promueven un mejor autoconocimiento y desarrollo emocional.
La presencia de hijos en una separación añade un nivel de complejidad que requiere una intervención más cuidadosa. En este contexto, la terapia de pareja es vital para manejar la comunicación y las decisiones de manera responsable, siempre dando prioridad al bienestar de los menores.
En estos casos, el terapeuta actúa como mediador de los problemas de la pareja, y puede ayudar a los padres a:
El objetivo es que, pese a la separación, los hijos sientan la continuidad del afecto y el apoyo familiar.
Los terapeutas de pareja deben mantener una posición neutral y respetuosa durante el proceso de separación, evitando tomar partido por ninguno de los miembros de la pareja. Los desafíos más frecuentes que presentan estos casos son:
Es uno de los retos más comunes que pueden darse en la terapia de pareja, donde los integrantes pueden revelar información privada de forma individual y solicitar que esta no se comparta con el otro miembro de la pareja. Cuando se trata de una información que puede afectar a la terapia y la relación, el profesional debe manejar esta situación con habilidad, ética y responsabilidad.
Mantener una postura neutra es esencial para la confianza y la efectividad de la terapia. Los terapeutas deben evitar tomar partido y ofrecer un enfoque equilibrado para que ambas partes se sientan escuchadas y comprendidas. Sin embargo, esto puede ser complicado si uno de los integrantes muestra comportamientos abusivos o manipuladores. En tales casos, la neutralidad sería poco ética, pues podría poner en riesgo el bienestar de la víctima.
Otro dilema común es el del grado de intervención en conflictos en los que el bienestar de un miembro de la pareja podría verse comprometido. Por ejemplo, si se detectan signos de maltrato psicológico o físico, el profesional debe actuar protegiendo al individuo afectado, lo que podría romper la confianza de la otra parte. Este tipo de intervenciones requieren un juicio ético sólido, así como una formación especializada en terapia de pareja y manejo de situaciones de crisis.
La especialización en terapia de pareja y sexología clínica es fundamental para que los profesionales puedan brindar un acompañamiento eficaz durante los procesos de separación.
Los sexólogos y especialistas en terapia de pareja deben contar con una formación sólida que les permita:
Los divorcios son procesos complejos, y los terapeutas especializados pueden ofrecer pautas y recomendaciones muy valiosas sobre cómo afrontar una separación. Sus estrategias y su conocimiento profesional ayudan a mitigar los impactos emocionales y a fomentar un entorno respetuoso, especialmente cuando hay hijos involucrados.