“Historia del Cálculo” es un recorrido a través del mundo del cálculo, una historia repleta de anécdotas, aventuras y curiosidades. Al paso de cada una de sus páginas, el autor va desvelando poco a poco los procedimientos usados por el hombre para calcular a lo largo de la historia, así como los símbolos numéricos que fue creando para registrar los resultados, incluyendo el cero. Este recorrido comienza en las culturas Mesopotámicas y China, y se extiende posteriormente a Grecia, Roma, la India, el Califato árabe, la Edad Media y el Renacimiento Europeo, hasta concluir en el mundo moderno actual.
¿Realmente conocemos la extensa variedad de dispositivos que han sido construidos para calcular a lo largo de la historia? Es una de las preguntas que presenta el autor. Carlos Blanco nos muestra cómo la historia del cálculo corre paralela, y es inseparable, de la de los ingeniosos instrumentos que el hombre fue creando para ayudarse en esta laboriosa tarea. En el libro se van describiendo desde las primitivas tabletas y ábacos, mesas de calcular, sectores y tablas, posteriores calculadoras mecánicas y electrónicas, hasta finalmente llegar a los ordenadores, pasando por algunos instrumentos que, por su rareza, solo se conservan en museos de ciencia especializados o en gabinetes matemáticos de algunas universidades. Especial mención merece el Astrolabio, considerado el rey de los instrumentos científicos.
Él es licenciado en Ciencias Físicas, doctor en Ingeniería de Telecomunicaciones, además de haber realizado un Máster en Business Administration. Desde el año 2002 se introdujo en el mundo de la docencia y en la actualidad es profesor de Redes Avanzadas de Telecomunicación de Nueva Generación en la Universidad Europea.
Un libro de la Editorial Guadalmazán con una redacción de carácter divulgativo e histórico, para que pueda ser leído por el mayor número de personas, independientemente de su formación. Sin embargo, para satisfacer la curiosidad de aquellos lectores que tengan interés por algo más que el mero devenir histórico de los acontecimientos, el libro termina con un epílogo matemático que profundiza en algunos de los momentos más interesantes de la historia del cálculo, por ejemplo, la determinación del “Computus”.
"De la misma forma que hoy día no podríamos imaginar una humanidad sin la capacidad para comunicarse oralmente, o sin la destreza para escribir, tampoco sería imaginable una humanidad que no tuviera la capacidad para calcular. El tema merecería, por tanto, que le dedicáramos algo de nuestra atención", - Carlos Blanco.