¿Quiénes sois, dónde estudiáis, cual es vuestra titulación?
Yo soy Johnny Roca, estudio ingeniería informática y estoy en mi segundo año en modalidad online. Me uní al club de robótica este año y decidí participar en el ASTI Robotics Challenge este año, ya que me pareció un reto interesante.
Soy Misael Herrera, estudiante de ingeniería informática en modalidad online, ya que resido en Perú. Mi presencia aquí se debe a la participación en el Asti.
Mi nombre es Pablo Escudero, estudio ingeniería industrial y formó parte del club desde la última feria de clubes. Me llamaron mucho la atención los proyectos.
Al ser estudiantes Online dos miembros del equipo y uno presencial, ¿cómo compagináis esta modalidad de estudio con las actividades que desarrolláis en vuestro club de robótica?
En un primer momento hacíamos reuniones online, coordinando con nuestro compañero Pablo, que venía presencial. Así nos gestionamos hasta el último mes previo a la final del ASTI Challenge, donde nos reuníamos todas las tardes después de las clases. Ahí montábamos el robot, programábamos…etc.
¿Cómo surge la creación del club de robótica?
El club se creó hace varios años y nuestra compañera María Sol fue la encargada que estuvo al frente del club en el tiempo de nuestra participación. Nosotros nos apuntamos durante este curso. Pero es un club de muchos años. Dentro del club se van proponiendo proyectos como es el de participar en el ASTI Robotics Challenge. Otro proyecto que surgió interesante fue la réplica de un mini Wall-E… es decir, se proponen proyectos y se estudia la viabilidad de ellos para participar en ellos a través de una encuesta.
¿Cómo surge la posibilidad de participar en el ASTI Robotics Challenge? ¿Cómo fue vuestra participación?
El proyecto se propuso dentro del club a través de Maria Sol y decidimos apuntarnos, no todos los inscritos en un principio continuaron hasta el final, algunos se retiraron y más adelante uno más se añadió al equipo. El primer paso fue presentar el diseño, presupuesto de nuestro robot. En esta primera fase fue complicada porque éramos muchos y hay que decidir muchos detalles: nombre, logo… es decir, juntar todo con la validación de todos.
Una vez superado el plazo de planificación, en diciembre, llegaba el segundo plazo, que es el que te abre las puertas hacia la semifinal, donde los organizadores del ASTI Robotics Challenge propusieron el reto: programación, que es la utilización de códigos para lograr objetivos.
Cuando finalizamos el reto de programación, ya en la semifinal, el reto de los organizadores consistía en superar un laberinto con el robot. El robot que lo hiciera de forma eficiente y rápida clasificaba a la final, que fue nuestro caso.
Las pruebas de la fase final, que se realiza en Burgos, constan de 7 pruebas. Fue emocionante ver como el nombre de la Universidad Europea es reconocido, pues ya hemos participado con buenos resultados en ediciones pasadas. Tenemos este background, hemos tenido mucho asesoramiento de integrantes participantes en ediciones pasadas del ASTI.
El objetivo era llegar a la final, aunque los últimos meses fueron un poco cuesta arriba porque teníamos trabajo atrasado. También era difícil compaginar con época de exámenes. Pero lo más duro de gestionar fueron cambios técnicos que tuvimos que hacer al robot a pocas semanas de concursar.
Fuimos nosotros tres acompañados de tres alumnos de cuarto curso. El día de la competición no empezó bien, estuvimos muchas horas sin dormir, el robot no funcionaba porque se nos rompió la tarjeta, tuvimos que repararlo al momento…. Por tanto, el reto era simplemente que funcionara, es decir, fuimos con expectativas bajas y acabamos siendo nombrados como unos de los finalistas. Cuando escuchamos nuestros nombres fue impresionante y difícil de creer.
Las pruebas que nos tocó hacer con mejores resultados con respecto a otras pruebas fueron: la de los bolos, la minifábrica, la barredora… En general las que nos tocó hacer nos salieron muy bien en su mayoría.
Ganamos el premio a “Mejor Proyecto” en el ASTI Robotics Challenge VII Edición y además estuvimos cerca de conseguir ganar el premio que es el del torneo de mini sumo, que quedamos segundos y es una espinita que nos queda clavada.
¿Qué significa para vosotros haber ganado el premio a “Mejor Proyecto” en el ASTI Robotics Challenge VII Edición?
Algo muy gratificante por las horas invertidas en ello. A pesar de todas las dificultades que tuvimos, especialmente días antes de la final, logramos un gran resultado.
Hicimos de la habitación del hotel un laboratorio, menos mal que no entró nadie a limpiar durante nuestra estancia (risas).
Pero todas las dificultades hacen que luego el premio sepa mucho mejor. Ha sido verdaderamente emocionante y hemos aprendido muchas lecciones.
Durante este año hemos aprendido diseño y 3d, electrónica, funciones más manuales como soldar… hemos puesto a prueba todos los conocimientos adquiridos.
¿Qué retos para el futuro? ¿Cuáles son vuestros próximos pasos?
Ya hemos identificado qué cosas se pueden mejorar de cara a una nueva edición el año que viene. Ya se ha confirmado la octava edición y nuestra idea es presentar el proyecto para estar ahí.
¿Qué consejos le darías a un estudiante que quiera formar parte de una nueva edición del club?
Les recomendaría unirse al club, ya que es como un laboratorio completo, donde experimentar, probar proyectos personales o ya creados. Hemos adquirido muchos conocimientos, sobre todo en la parte práctica y eso es muy gratificante como estudiante.