La Universidad Europea rompe una vez más los silos entre titulaciones convirtiendo la teoría jurídica en experiencia real. A través de la Clínica Jurídica, la Facultad de Ciencias Jurídicas, Educación y Humanidades y el área de Veterinaria de la Facultad de Ciencias Biomédicas y de la Salud, desarrollan desde hace tres cursos una actividad transdisciplinar en el que estudiantes de ambas áreas del conocimiento trabajan conjuntamente sobre diversos casos reales y finalizan el proceso con una simulación de juicio en la Sala de Vistas de la Universidad Europea.

Esta actividad, que acerca el ejercicio del Derecho y de la Medicina Veterinaria a la realidad profesional desde el aula, se ha diseñado entre los profesores y responsables del modelo academico de ambas titulaciones. Los estudiantes de Veterinaria elaboran un informe pericial sobre un supuesto real, que después deben defender en un juicio simulado como parte de su preparación como futuros peritos. A partir de esos informes, la Clínica Jurídica constituye un equipo de estudiantes que asume el papel de abogados: redactan la demanda y la contestación, preparan la prueba y mantienen reuniones periódicas con sus compañeros de Veterinaria para afinar la estrategia conjunta antes de la vista oral.
En esta actividad han participado, dirigidas por las codirectoras de la Clínica Jurídica, Susana Bokobo y Begoña Barreira, ocho estudiantes de Tercer Curso del Doble Grado en Derecho y Relaciones Internacionales de la Universidad Europea, en concreto: Alejandro Barceló, María Garcia, Fernanda Costa, Alena Maast, Natalia Romero, Pablo Ruíz, Lucía Moreno y Hugo López-Palafox.

Hugo López-Palafox Ruiz, estudiante que ha ejercido como abogado de la parte demandada, representando a la clínica veterinaria que atendió a uno de los pacientes fallecidos manifiesta “Mi función principal fue construir una defensa técnico-jurídica sólida basada en tres pilares: entender con exactitud qué ocurrió desde el punto de vista clínico, acreditar que la actuación veterinaria fue conforme a la lex artis y desmontar los argumentos de la parte actora sobre una supuesta negligencia”. Para ello, ha tenido que analizar en detalle el expediente clínico, estudiar conceptos como el hemangiosarcoma, el hemoperitoneo o el shock hipovolémico y reunirse con los veterinarios “para reconstruir la cronología minuto a minuto y comprender las razones médicas detrás de cada decisión”.
Más allá del reto técnico, Hugo destaca que esta práctica le ha permitido vivir lo que será su día a día como abogado, gestionando un caso complejo desde cero, coordinándose con otros profesionales y construyendo una estrategia procesal completa. “Esta práctica me ha permitido trabajar en un caso realista donde convergen técnica jurídica, pruebas periciales, estrategia procesal y comunicación profesional”, resume el estudiante.
Entre los aprendizajes que señala se encuentran aprender a dialogar con peritos y profesionales sanitarios, traduciendo lenguaje técnico a lenguaje jurídico y viceversa; construir una teoría del caso coherente, basada exclusivamente en hechos probados y pericia técnica; y anticipar y rebatir los ataques de la parte contraria identificando los puntos débiles antes de llegar al juicio. Y es que, como sentencia el estudiante, “un abogado no solo litiga también investiga, pregunta, interpreta datos, entiende la ciencia detrás de los hechos, organiza la prueba y guía al perito para que su versión llegue clara al juez”.

Para los estudiantes del Grado en Veterinaria, esta práctica supone también una experiencia especialmente valiosa, ya que les permite comprobar cómo su trabajo, eminentemente clínico, tiene una clara repercusión jurídica y cómo un veterinario puede colaborar con la Administración de Justicia explicando aspectos técnicos en un lenguaje accesible para jueces y letrados. Con actividades como esta, los estudiantes toman conciencia de la importancia real de la historia clínica, del consentimiento informado y de una buena comunicación con los tutores del animal, con el resto del equipo veterinario y, por supuesto, con los profesionales del Derecho, al tiempo que se inicia en una salida profesional poco conocida pero cada vez más demandada, como es la pericia veterinaria.
Así lo destaca Carlota Cáceres, estudiante del Grado en Veterinaria, para quien “el juicio simulado que hemos tenido que hacer para la asignatura de Deontología ha sido una actividad muy enriquecedora, ya que, aparte de fomentar el saber expresarnos correctamente delante del público y tener que colaborar con alumnos de una rama completamente diferente a la nuestra, hemos aprendido sobre una salida de la carrera que no conoce todo el mundo, desde preparar el informe pericial hasta buscar cómo defenderlo correctamente frente a los abogados y jueces. Una experiencia que repetiría sin dudar”.
La Clínica Jurídica es la materialización del Challenge Based Learning en el área jurídica de la Universidad Europea y representa un entorno donde los estudiantes experimentan diferentes ramas del Derecho, acompañados por profesionales colegiados. Este reto refleja de forma ejemplar el modelo académico de la Universidad Europea: en primer lugar, promoviendo una educación transdisciplinar que favorece la colaboración entre titulaciones y la integración de perspectivas diversas; en segundo lugar, entornos profesionales acercando a los estudiantes a casos acortando la distancia entre el estudiantes y el profesional; y, finalmente, Currículum Integrado que conecta saberes, competencias y experiencias en un itinerario formativo coherente. Así, el aprendizaje se convierte en una experiencia transformadora que prepara a los estudiantes para abordar con solvencia situaciones complejas en su futuro profesional.