23772

¿Qué estás buscando?

Ej: Grado en medicina, admisiones, becas...

Admisiones:
Valencia: +34 961113845
Alicante: +34 966282409
Canarias: +34 922046901
Málaga: +34 952006801
Escuela Universitaria Real Madrid: +34 918257527
Estudiantes:
Valencia: +34 961043880
Alicante: +34 961043880
Canarias: +34 922985006
Málaga: +34 951102255
Whatsapp

"Cada latido cuenta para alcanzar el máximo rendimiento deportivo"

03 jun 2025

  • El fisioterapeuta y educador físico del i-Shape, centro de referencia en salud y rendimiento deportivo de la Universidad Europea, Alejandro Martín Paino, desvela las pruebas clave para evaluar con precisión la capacidad cardiovascular y músculo-esquelética del atleta
  • “Si medimos el cuerpo en directo podemos ajustar la carga de entrenamiento al segundo y evitar lesiones antes de que aparezcan”

i-Shape

La carrera por el éxito deportivo ya no se decide solo en la pista de atletismo o el terreno de juego, sino también en los laboratorios de rendimiento deportivo donde cada dato biológico se transforma en ventaja competitiva. Sensores portátiles, cámaras de alta velocidad y algoritmos que procesan miles de registros convierten cada sesión en información accionable que acelera el progreso y alarga la vida deportiva. Esa es la nueva “cara B” del entrenamiento de élite, donde la ciencia y la tecnología se alían para que el deportista llegue más lejos con menos riesgo de lesión.

“Ya no basta con saber cuántos kilómetros corres; necesitamos medir cómo late tu corazón, qué potencia generan tus fibras y cuánto tarda tu sistema nervioso en recuperarse”, explica Alejandro Martín Paino, fisioterapeuta y educador físico del i-Shape de la Universidad Europea. Su punto de partida es la ergoespirometría, una prueba de esfuerzo con análisis de gases que revela el VO₂ máx (la máxima capacidad del organismo para usar oxígeno) y marca dos hitos clave de fatiga. A esto se le suma, un electrocardiograma durante el ejercicio y el seguimiento de la variabilidad de la frecuencia cardíaca, que sirve como “termómetro” de recuperación

“Para saber cómo están los músculos, primero medimos cuánta fuerza el atleta hacer apretando un dispositivo de mano; después se le pide que salte o esprinte sobre unas plataformas que calculan la potencia con la que empuja el suelo. Colocamos pequeños sensores en la piel para ver qué músculos se esfuerzan demasiado y cuáles casi no participan, y utilizamos cámaras 3D que graban el movimiento para detectar y corregir fallos de técnica que el ojo humano no percibe. Con toda esa información ajustamos al milímetro la carga de entrenamiento: si la variabilidad del pulso (HRV) baja o el nivel de lactato —la señal de que el cuerpo se está agotando— sube demasiado, levantamos el pie y damos prioridad a la recuperación”, explica Martín Paino.

La nutrición y la hidratación cierran el triángulo del rendimiento. Según el educador físico, “sin glucógeno en los músculos, proteína suficiente para reparar tejidos ni un buen equilibrio de sales minerales, el cuerpo no rinde”. Es necesario prescribir la ingesta adecuada de carbohidratos para reponer energía, proteínas para reconstruir la fibra muscular y una hidratación que reponga electrolitos y frene el estrés oxidativo.

Los wearables, los tests genéticos y la inteligencia artificial han democratizado esta ciencia. Hoy un aficionado puede conocer su frecuencia cardíaca y su HRV desde el móvil, aunque en la élite se monitorizan miles de variables por segundo. Para mejorar a largo plazo, Martín Paino aconseja “planificar con visión de futuro, priorizar la calidad sobre la cantidad y escuchar las señales del cuerpo, siempre respaldado por profesionales.”

Del dato al entrenamiento a medida en i-Shape

Todo ese engranaje tecnológico no es un fin en sí mismo, sino la base para confeccionar programas que se adaptan día a día a la respuesta real del deportista. En el i-Shape, centro de referencia en salud y rendimiento deportivo de la Universidad Europea, el proceso arranca con una evaluación fisiológica avanzada (ergoespirometría, ECG de esfuerzo y HRV) y sigue con un estudio biomecánico exhaustivo mediante sensores inerciales y plataformas de fuerza. Con estos datos se diseñan planificaciones individualizadas sustentadas en modelos de periodización científica, apoyadas por fisioterapia preventiva y readaptación funcional para minimizar el riesgo de lesión. La estrategia se cierra con nutrición personalizada y una meticulosa planificación de la recuperación (crioterapia, compresión y gestión del sueño) que garantiza que cada atleta llegue a la siguiente sesión en las mejores condiciones posibles.