El impacto de la revolución tecnológica se extiende a todas las áreas de nuestra vida, y el ámbito jurídico no es una excepción. La tecnología legal, o legaltech, está transformando la forma de gestionar acuerdos legales y contratos. Uno de los avances más revolucionarios en este ámbito es la introducción de los smart contracts o contratos inteligentes, una innovadora solución digital que automatiza procesos y ejecuta las cláusulas de los acuerdos sin necesidad de intermediarios.
Si te interesan los aspectos más innovadores del derecho, el Curso en Legaltech y el Curso en Blockchain de la Universidad Europea te ayudarán a comprender en profundidad las tecnologías que están revolucionando el mundo legal.
Los smart contracts son programas informáticos que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen ciertas condiciones predefinidas. A diferencia de los contratos tradicionales, que requieren la intervención de terceros para su ejecución, los smart contracts operan de manera autónoma y segura gracias a la tecnología blockchain. Esta tecnología garantiza la transparencia e inmutabilidad de las transacciones, y permite que todas las partes interesadas puedan verificarlas.
Los smart contracts se codifican con bases de datos distribuidas y descentralizadas de blockchain. Las condiciones del contrato se programan de antemano y, cuando se cumplen, el contrato se ejecuta automáticamente. Un ejemplo muy ilustrativo es el caso de la compañía aseguradora AXA, que ha implementado contratos inteligentes en la cobertura por retrasos aéreos de sus seguros de viaje. El código de estas pólizas se ejecuta automáticamente una vez que se confirma la información sobre el vuelo retrasado, y los clientes reciben inmediatamente la compensación correspondiente sin que haya intermediarios de por medio.
Los smart contracts tienen una serie de particularidades que los distinguen de otro tipo de contratos:
Los contratos tradicionales y los smart contracts comparten un mismo objetivo: la formalización de acuerdos legales. Sin embargo, presentan dos diferencias significativas:
Las ventajas que presentan los smart contracts están haciendo que su uso se extienda rápidamente. Entre las más importantes están, como hemos visto, la mejora de la seguridad y la transparencia. Además, ofrecen beneficios similares a los de la inteligencia artificial en el derecho. En este sentido, son acuerdos más eficientes, ya que la automatización reduce los tiempos de ejecución y elimina errores humanos. A su vez, la eliminación de intermediarios puede traducirse en una reducción de los costes.
Por otro lado, existen algunos aspectos que están retrasando su adopción generalizada. En primer lugar, muchas jurisdicciones no cuentan todavía con normativas específicas que regulen este tipo de contratos. Además, requieren una codificación compleja para la que es necesario contar con conocimientos especializados. Y, dado que no pueden modificarse una vez implementados, es necesario establecer marcos de responsabilidad y mitigación en el caso de errores de código.
En el ámbito del legaltech, que es el que combina tecnología y derecho, los sectores donde se han desarrollado más aplicaciones para smart contracts son los siguientes:
En conclusión, los smart contracts representan un gran paso adelante en la manera en que gestionamos acuerdos legales. Si bien presentan algunos desafíos, las ventajas que ofrecen en términos de eficiencia, seguridad y reducción de costes son innegables. A medida que esta tecnología continúe desarrollándose, los profesionales del derecho deberán adaptarse y adoptar estas innovaciones para mejorar su productividad y no quedarse atrás.