Estructura de una entrevista
Según su estructura o estilo, se puede distinguir tres tipos de entrevista.
Una entrevista estructurada es aquella en la que el investigador plantea a los entrevistados una lista de preguntas preparadas previamente. Estas preguntas son cerradas y tienen un orden preestablecido. Las respuestas a estas preguntas suelen ser breves y concretas, lo que facilita la interpretación y el posterior análisis de la información.
En las entrevistas que siguen esta estructura, el entrevistador tiene libertad limitada a la hora de profundizar en algún tema que surja. Sin embargo, al seguir un cronograma de preguntas, el entrevistador no necesita tener mucha experiencia.
- Entrevista no estructurada o libre
A diferencia de la entrevista estructurada, la entrevista libre es flexible y abierta. En ella, el entrevistador se encarga de elaborar algunas preguntas que sirven de punto de partida, pero que no siguen ningún orden predeterminado: se van formulando en función de las respuestas del entrevistado. Las preguntas suelen ser abiertas, lo que permite que el entrevistado se exprese con claridad y sinceridad.
Al tratarse de una interacción similar a una conversación, este tipo de entrevistas logran crear un clima relajado y ameno, que permite profundizar más en los temas de interés. No obstante, es más costosa y requiere una gran técnica y conocimiento del tema a tratar para tener argumentos y opiniones que fomenten el diálogo.
- Entrevista semiestructurada
La entrevista semiestructurada es una mezcla de los dos tipos mencionados anteriormente. Estas entrevistas incluyen una lista de preguntas predeterminadas, pero no siguen un orden fijo.
En ellas, el entrevistador puede elegir qué quiere preguntar en función del momento, por lo que cuentan con cierto grado de flexibilidad. En este caso se obtienen respuestas detalladas sin tener que dedicarle tanto tiempo a la preparación como en las entrevistas no estructuradas.