La Medicina, tal y como la conocemos en la actualidad, sería imposible sin los aportes de la bioestadística. Esta disciplina se ha convertido en un pilar esencial para la investigación en el área de la salud, tanto en el diseño de los estudios como en el análisis de los datos y la elaboración de conclusiones. Su importancia es tal que se encuentra presente prácticamente en todos los programas de salud, como el máster en Salud Pública, que dedica un módulo a las herramientas estadísticas aplicadas a las ciencias de la salud.
¿Qué es la bioestadística y cuáles son sus objetivos?
La estadística es una rama de las matemáticas que estudia las probabilidades de que se produzcan determinados sucesos, de manera que es fundamental en el campo de la Biología y la Medicina. De hecho, la bioestadística es la rama que se encarga de aplicar los principios, métodos y técnicas de la estadística a la biología y las ciencias de la salud.
La estadística aplicada a las ciencias de la salud cumple diferentes objetivos:
- Definir qué tipo de datos es necesario recopilar y cuál debe ser su extensión para poder extraer conclusiones fiables.
- Facilitar la recogida, categorización y almacenamiento de la información para su posterior análisis o consulta.
- Aplicar los métodos estadísticos para analizar los datos y aceptar o rechazar las hipótesis de investigación.
- Elaborar conclusiones en base a los datos analizados que faciliten la toma de decisiones, ya sea en una investigación o en la práctica clínica.
- Presentar los resultados de manera gráfica y sencilla para facilitar su comprensión a diferentes tipos de público.
Por consiguiente, puede afirmarse que la bioestadística permite recopilar, organizar, analizar e interpretar los datos de salud para extraer conclusiones y facilitar la toma de decisiones en el ámbito sanitario. Eso significa que, hoy por hoy, la mayoría de las decisiones clínicas se apoyan en análisis estadísticos.
La importancia de la bioestadística aplicada
La estadística aplicada a las ciencias de la salud abarca desde la Medicina hasta la Biología y la Salud Pública. En el campo de la Medicina, por ejemplo, la bioestadística se utiliza para determinar el tamaño muestral. Trabajar con un grupo más reducido permite ahorrar costes y tiempo, pero al ser representativo de la población, los resultados obtenidos se pueden generalizar.
La bioestadística también es esencial para determinar el diseño experimental de los ensayos clínicos, del cual dependerá en gran medida su validez. Ayuda a los investigadores a elegir las variables vinculadas a las causas que manipularán para medir su efecto en otra variable de interés. Así pueden conocer, por ejemplo, las consecuencias de la obesidad en la salud o el efecto de un fármaco sobre la tensión arterial.
Por tanto, la bioestadística es clave para el desarrollo de los medicamentos, la aprobación de las nuevas tecnologías de la salud o la implementación de procedimientos médicos ya que es la base sobre la que se sustentan los ensayos clínicos. Evalúa y avala la eficacia y seguridad de los fármacos, tratamientos e intervenciones médicas.
La bioestadística también tiene infinitas aplicaciones en el área de la salud pública, sobre todo a nivel epidemiológico. Facilita la recopilación y análisis diferentes indicadores clave, desde la natalidad, mortalidad y morbilidad hasta el uso de los recursos y servicios por áreas de salud, comunidades o a nivel nacional.
Como resultado, la bioestadística aplicada a las ciencias de la salud permite formarse una idea global de la atención necesaria para mejorar los servicios al paciente y optimizar los recursos sanitarios. Gracias a su poder descriptivo, explicativo y predictivo, brinda una radiografía de la situación demográfica y sanitaria actual y predice su evolución para prepararnos para afrontar los nuevos retos.