

La fascitis plantar es una de las lesiones más comunes del pie, especialmente en personas activas, deportistas o quienes pasan muchas horas de pie. Afecta a la fascia plantar, una banda de tejido que conecta el talón con los dedos y que es clave para la estabilidad y el movimiento.
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En este artículo veremos qué es la fascitis plantar, sus síntomas, las opciones de tratamiento y algunos ejercicios efectivos para aliviarla y prevenir recaídas.
Qué es la fascitis plantar
La fascitis plantar es una inflamación de la fascia plantar, un tejido elástico que funciona como amortiguador y soporte del arco del pie. Su papel es esencial: distribuye el peso de manera equilibrada y facilita el impulso al caminar o correr.
Cuando esta fascia se sobrecarga o sufre microlesiones repetidas, aparece la inflamación, que puede volverse crónica si no se trata a tiempo. Entre las causas más frecuentes encontramos:
- Uso de calzado inadecuado.
- Entrenamientos intensos o sin una correcta progresión.
- Alteraciones biomecánicas del pie, como el pie plano o el pie cavo.
- Permanecer mucho tiempo de pie sobre superficies duras.
Aunque es habitual en deportistas, la fascitis plantar puede afectar a cualquier persona, y no siempre está relacionada con el deporte.
Fascitis plantar: síntomas más frecuentes
El síntoma más característico es el dolor en la parte inferior del talón, que a menudo se describe como una punzada intensa. Este dolor suele:
- Ser más intenso al levantarse de la cama por la mañana o después de estar mucho tiempo sentado.
- Disminuir con la actividad, pero volver a aparecer tras largos periodos de pie.
- Aumentar después de realizar ejercicio intenso.
Otros signos que pueden acompañar a la fascitis plantar son:
- Inflamación o sensibilidad al tacto en la zona del talón.
- Sensación de rigidez en el arco del pie.
- Dolor que se extiende hacia los dedos.
En la fascitis plantar, los síntomas deben detectarse de forma temprana para iniciar el tratamiento a tiempo y evitar complicaciones.
Fascitis plantar: tratamiento
En la fascitis plantar, el tratamiento debe adaptarse a cada caso, pero la mayoría de las veces se inicia con medidas conservadoras. Estas incluyen:
- Reposo relativo: reducir o modificar temporalmente las actividades que generan dolor.
- Aplicación de frío: hielo en la zona afectada durante 15-20 minutos, varias veces al día.
- Estiramientos y ejercicios específicos: para mejorar la flexibilidad de la fascia y el tendón de Aquiles.
- Uso de calzado adecuado o plantillas personalizadas: para mejorar la biomecánica del pie.
- Tratamientos fisioterapéuticos: masajes, ondas de choque o ultrasonidos, aplicados por un fisioterapeuta deportivo.
En casos resistentes, pueden valorarse opciones como infiltraciones o cirugía, aunque son poco frecuentes. La clave está en un diagnóstico correcto y un plan individualizado.
Ejercicios para la fascitis plantar
Realizar ejercicios para la fascitis plantar ayuda no solo a aliviar el dolor, sino también a prevenir recaídas. Aquí tienes algunos ejemplos:
Estiramiento de la fascia con toalla
- Siéntate con las piernas estiradas.
- Coloca una toalla alrededor de la planta del pie.
- Tira suavemente hacia ti manteniendo la rodilla recta.
- Mantén 20 segundos y repite 3 veces.
Rodar una pelota bajo el pie
- Usa una pelota pequeña y dura (tipo tenis).
- Rueda desde el talón hasta los dedos durante 2 minutos.
Elevaciones de talones
- De pie, sube lentamente sobre la punta de los pies y baja despacio.
- Realiza 3 series de 15 repeticiones.
Estiramiento del gemelo
- Apoya las manos en la pared, adelanta una pierna y mantén la otra atrás con el talón en el suelo.
- Inclina el cuerpo hacia delante hasta sentir el estiramiento en la pantorrilla.
Estos ejercicios para la fascitis plantar son sencillos y pueden realizarse en casa, pero es importante que un profesional supervise su correcta ejecución.
La fascitis plantar es una lesión frecuente, pero con un diagnóstico temprano, tratamiento adecuado y ejercicios preventivos, es posible recuperarse por completo y evitar que se convierta en un problema crónico. Sin embargo, tratar adecuadamente esta lesión requiere un enfoque multidisciplinar. Un preparador físico puede diseñar rutinas seguras para mantener la forma física mientras se recupera el pie. Un fisioterapeuta deportivo aplicará terapias manuales y técnicas avanzadas. Y en casos donde la biomecánica sea la causa principal, la podología deportiva es clave para la prevención y tratamiento.
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