En la actualidad, existen dos fenómenos que conviven mutuamente; por un lado, las sociedades tratan de preservar su cultura, ritos y tradiciones para tener una identidad única y diferenciada.
Por otro lado, gracias a la velocidad de información que nos aportan internet y las redes sociales, se está produciendo un fenómeno de cultura “transnacional”; costumbres anteriormente asociadas a distintos lugares no son la excepción, sino que han pasado a ser la norma en países muy distintos entre sí.
Estas dos corrientes son asimiladas por los adultos de una manera muy distinta respecto a los más pequeños, y, por lo tanto, estos han de ver como la docencia adapta esta realidad en el ámbito educativo.
Existen una gran variedad de términos referentes a la cultura que se usan de manera indistinta; transculturalidad, pluriculturalidad o multiculturalidad, entre otros.
Cada uno de estos términos parten de un mismo concepto, pero tiene distintos matices, por lo que es conveniente definir con exactitud que se entiende por educación intercultural.
La educación intercultural es un enfoque educativo que tiene como pilares la igualdad, libertad, respeto, justicia y dignidad humana.
Su misión es ayudar a los alumnos a que no solo descubran su propia identidad y quienes son, sino también las circunstancias, antecedentes o tradiciones de sus compañeros para crear un ambiente educativo más inclusivo e integrador.
Este enfoque ha de verse siempre como un proceso prolongado a lo largo del tiempo, y no como acciones o eventos puntuales.
¿Cómo puede y debe la sociedad responder ante esta diversidad? ¿Cómo va a evolucionar este fenómeno? ¿Qué medidas se han de implementar desde el sistema educativo?
Estas y muchas otras preguntas son las que tienen, primero que realizarse, y luego contestar, todos los países que se enfrentan a esta situación, y por supuesto, los distintos sistemas educativos, tanto públicos como privados.
Europa tiene una histórica diversidad cultural, y España, dadas sus características (proximidad con Marruecos, tener como lengua oficial el idioma hablado en países latinoamericanos y una buena climatología que atrae a extranjeros de países norte y centroeuropeos) ha convertido a España en uno de los referentes multiculturales dentro del viejo continente.
De acuerdo con las últimas informaciones publicadas, el 13% de la población total en España es inmigrante.
En ese segmento de la población, encontramos nacionalidades (marroquí, rumana, inglesa y latinoamericana, principalmente) y religiones (musulmanes, cristianos y evangélicos) muy distintas entre sí.
Esto tiene un impacto directo en el ámbito educativo, ya que se ha creado la necesidad de escolarizar a niños con entornos, costumbres y culturas muy diversos entre sí. Por ello, tanto los centros educativos como los docentes han de tener los medios y la preparación necesaria para afrontar uno de los mayores retos educativos del futuro más cercano.