En un momento social en el que la Inteligencia Artificial y la salud mental lideran la conversación actual, la unión de ambos supone un nuevo campo de estudio y una posible fuente de solución a problemas como la saturación del sistema sanitario, las barreras de accesibilidad y la falta de eficacia de algunos tratamientos
Salud mental e Inteligencia Artificial se unen en unas jornadas organizadas por la Universidad Europea de Madrid en las que se abordan las diferentes maneras en las que esta herramienta puede ayudar a los profesionales del sector. Con motivo de las XIV Jornadas de Valor Añadido en Psicología la Institución ha organizado una serie de ponencias abiertas al público para poner en valor las posibilidades que ofrece la Inteligencia Artificial en este sector. En ellas, profesionales de la salud mental han compartido sus conocimientos sobre la implementación de la Inteligencia Artificial en el ámbito de la Psicología con los estudiantes y asistentes de las diferentes ponencias.
El decano Daniel Hormigo dio el pistoletazo de salida a esta nueva edición recordando la importancia de estas jornadas: “Más allá de aprender de la mano de expertos de primer nivel, es muy importante sensibilizar a la comunidad universitaria del verdadero alcance e impacto que ya tiene la IA en nuestra sociedad y el impacto que va a tener y tiene en el sector sanitario”.
La salud mental es uno de los mayores retos sociales y sanitarios del futuro. Desafortunadamente existen limitaciones en cuanto al número de profesionales del sector y en las diferentes terapias que hacen que una gran parte de la población no reciba el tratamiento que realmente necesita. En este sentido, Pablo Roca, doctor en psicología por la Universidad Complutense de Madrid, pionero en el desarrollo de soluciones innovadoras basadas en IA y salud mental, invitó a los asistentes en la primera ponencia de la jornada a imaginar el Estadio Santiago Bernabéu con una capacidad para 80.000 personas aproximadamente, “a esa cifra, añadidle otras 20.000 personas más, y en el centro del campo coloquen a 5 psicólogos y piensen que esos 5 tienen que encargarse de cuidar de la salud mental de todo ese estadio, teniendo en cuenta que 1 de cada 2 personas que están ahí sentadas, van a tener un trastorno mental en algún punto de su vida”.
En este contexto de gran necesidad, la Inteligencia Artificial se postula como una herramienta fundamental para promover una salud mental de precisión, con decisiones basadas en datos que mejoren la eficacia y la accesibilidad de los tratamientos psicológicos. Una realidad que la conferencia inaugural de las jornadas de “Inteligencia Artificial y Psicología” de la Universidad Europea ha explorado cómo la IA está revolucionando el diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales, así como algunas cautelas y limitaciones a considerar de cara al a regulación de la IA en los sistemas sanitarios. Precisamente, Pablo Roca ha sido el encargado de arrojar luz sobre este campo. “En psicología existe una brecha tecnológica notoria sobre cómo se está implementando la tecnología en nuestra disciplina en comparación con otras áreas de la salud”, señala Roca. Según el experto, la IA puede ayudar al psicólogo en la evaluación y la monitorización de nuestros pacientes, los procesos de toma de decisiones clínicas y en la personalización de tratamientos. Además, esta herramienta puede facilitar el proceso del emparejamiento paciente-profesional, ya que cada profesional puede ser más eficaz para unos pacientes que para otros y esta tarea de encontrar el profesional adecuado puede resultar desmotivadora para los pacientes.
Los profesores y doctores de la Universidad Politécnica de Madrid, Víctor Rodríguez, Gema Bello y Cristian Ramírez, fueron los protagonistas de la mesa "El uso de algoritmos de Inteligencia Artificial para la prevención y mejora de la salud mental". En ella, explicaron cómo los profesionales en salud mental podían valerse de las herramientas de IA para mejorar en su ámbito profesional y ayudar de mejor manera a sus pacientes.
La psicóloga social, posgraduada en Ciencias de Datos y analista de ciberseguridad, Paula Santamaría, ha protagonizado la sesión “El efecto algoritmo. Una mirada desde la Psicología Social”. Santamaría ha invitado a los asistentes a reflexionar y ahondar sobre el auge de los grandes datos, cuestionándose de dónde salen y el uso que hacen de ellos las grandes compañías internacionales.
Por su parte, en la sesión “IA, Involución o Avance en la Ciencia. Cuando la producción no lo es todo”, impartida por el doctor en Psicología y responsable de Análisis y Producción del Grupo Editorial Psicofundación, Pedro Altungy, incidió en la importancia de la parte humana a la hora de implementar la tecnología en cualquier área: “La tecnología tendrá que ser útil y fiable. Detrás de ella debe haber un equipo de personas capaces de corroborar cualquier cuestión”. Asimismo, ha animado a los asistentes a explorar las posibilidades que ofrece la IA generativa: “Hay que saber utilizar tecnologías como el Chat GPT y hacer una reflexión sobre cuándo y cómo utilizar los beneficios de esta tecnología”.
Cristina Pérez, científica de datos y doctorada en IA aplicada a la detección temprana del Burnout, en su ponencia “¿Es posible predecir el burnout con Inteligencia Artificial? Desafíos y soluciones”, hizo referencia a los psicólogos de datos. Este perfil resulta crucial en la incorporación de la Inteligencia Artificial al mercado laboral ya que, según la experta, "lo que diferencia de la Inteligencia Artificial a los psicólogos es la metacognición. Esta puede ayudar a procesar grandes cantidades de datos, ayuda identificar las tendencias y a desarrollar intervenciones más efectivas". Además, asegura que “la terapia tradicional va a seguir existiendo, aunque la Inteligencia Artificial va a ayudar a los profesionales a poder predecir mejor”, aunque advierte que “lo que diga la IA no va a misa y que al final son los psicólogos quienes tienen el juicio de valor”.