Según la Organización Mundial de la Salud, el 50% de la población tendrá miopía en 2050. En este sentido, el confinamiento derivado de la pandemia del coronavirus provocó un cambio de hábito en las familias y en la población en general, pasando más tiempo en casa y realizando más actividades de corta distancia visual.
La Universidad Europea ha puesto en marcha un estudio en colaboración con la Fundación Alain Afflelou donde analizan el impacto del confinamiento domiciliario de 2020 en la salud visual de los niños. Entre los principales resultados destaca que se incrementaron las horas de trabajo “en cerca”, aquel realizado entre los 30 y 50 cm de distancia, pasando del 18% de los niños que pasaban más de 3 horas al día realizando este tipo de actividades en 2019, al 42% en 2020. Lo mismo ocurrió con el uso de dispositivos digitales, de forma que el porcentaje de niños que usaba dispositivos digitales en más de la mitad de las actividades “en cerca”, como leer, escribir o estudiar, entre otras, ha aumentado más de un 20%, pasando del 21% al 42%.
En total, han participado 1.600 niños de entre 5 y 7 años, a los que se les realizaron distintas pruebas para comparar su visión entre los meses de septiembre y octubre de 2019 y 2020. El estudio, titulado “Impact of COVID-19 Home Confinement in Children’s Refractive Errors” y publicado en la revista “International Journal of Environmental Research and Public Health”, evidencia que durante el confinamiento hubo un cambio importante en los estilos de vida de los más pequeños asociados al riesgo de padecer miopía.
Para Cristina Álvarez Peregrina, investigadora de la Universidad Europea y una de las participantes en el estudio, “la investigación pone de manifiesto que, durante el confinamiento, se ha producido un gran cambio en los estilos de vida de los niños y que este cambio afecta a su visión. Es importante destacar que pasar tiempo al aire libre previene la aparición de miopía, por lo que es necesario que los niños realicen actividades al aire libre todos los días”.