El papel que juega el entrenador en los deportes competitivos es imprescindible en el bienestar y en el desempeño de los atletas. En este contexto, estilos de entrenamiento dominantes y autocráticos podrían ser una fuente de estrés entre los atletas y afectar a sus estados de ánimo y a la respuesta de glucocorticoides. Pero, sin embargo, cuando esta jerarquía es aceptada también puede producir efectos positivos en el entorno como la reducción de incertidumbre en los escenarios de actuación.
Vicente Javier Clemente Suárez, profesor en la Facultad de Ciencias del Deporte y miembro del Grupo de Investigación en Psicofisiología Aplicada de la Universidad Europea, junto con los investigadores Manuel Jiménez, Manuel Fernández-Navas, José Ramón Alverto Cruz, Jerónimo García Romero, Virginia García-Coll e Iván Rivilla, ha llevado a cabo un estudio donde analiza las diferentes respuestas al estrés psiconeuroendocrino de nadadores jóvenes de alto nivel atendiendo al estilo de entrenamiento aplicado. El artículo, titulado “Differences in Psychoneuroendocrine Stress Responses of High-Level Swimmers Depending on Autocratic and Democratic Coaching Style”, se ha publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health. En total, ha analizado las modificaciones en el cortisol y el clima de motivación de 18 jóvenes nadadores de élite, entre ellos 10 mujeres y 8 hombres, antes y después de dos sesiones de entrenamiento con enfoques diferentes, bajo un entrenador autocrático por un lado y democrático por otro.
Entre las principales conclusiones, destaca que los nadadores mostraron niveles más altos de cortisol al encontrase bajo la presión e instrucciones de un coaching autocrático, así como percepciones negativas que pueden tener consecuencias en el entrenamiento, rendimiento y salud del atleta al recibir por ejemplo insultos o gritos del entrenador, todo ello independientemente de su género y edad. Además, se observó que bajo un clima de entrenamiento déspota los atletas hacían comparaciones en función de su ego, es decir, comparaban su capacidad con la de los demás atletas; mientras que, en el entrenamiento democrático, la comparación era con respecto a la tarea, es decir, los atletas comparaban su capacidad actual con su desempeño pasado.
Por tanto, un entrenamiento autocrático libera altos niveles de cortisol en ambos sexos, fomentando un clima de “auto desmotivación” y ansiedad, y afectando a la experiencia del entrenamiento de los jóvenes nadadores de élite. Por el contrario, un estilo de enseñanza democrático fomenta un clima de motivación enfocado en la tarea, de confianza y seguridad, lo que produce una retroalimentación positiva y personalizada donde los atletas confían en su propia capacidad aumentando su rendimiento.