Vivimos en plena era del Internet y encontrar la respuesta a cualquier duda que nos surja sobre un acontecimiento, fecha, dato, cifra, etc. es sencillo: basta con un dispositivo electrónico que tenga acceso a la Red y, en un solo clic o tap, obtendremos la información.
Si tenemos en cuenta esto y lo trasladamos al modelo educativo tradicional, aquel en el que el docente es una mera fuente de transmisión del conocimiento, nos daremos cuenta de que este necesita renovarse y adaptarse a estos nuevos tiempos. Es ahí donde entran en acción las técnicas del coaching educativo.
En la Escuela de Innovación Educativa de la Universidad Europea, además de nuestro Curso de Coaching Educativo, hemos hecho este artículo para que lo sepas todo sobre coaching educativo: qué es, las fases del proceso de coaching en educación, sus beneficios frente al modelo tradicional e, incluso, te contamos algunas de las técnicas de coaching educativo más conocidas.
El coaching educativo se caracteriza porque el profesor (o coach) acompaña al alumno (o coachee) y le hace de guía durante todo el proceso de aprendizaje. Despierta su curiosidad y le ayuda a descubrir por sí mismo qué es lo que verdaderamente quiere (sus metas) y cómo lograrlo, potenciando sus habilidades y facilitándole los recursos necesarios para superar las limitaciones.
En todo este proceso, cobra especial importancia el hecho de escuchar al estudiante sin prejuicios y desde la total imparcialidad, y prestar atención a lo que tenga que decir. Solo, de esta forma, el docente podrá ofrecer una enseñanza personalizada, es decir, establecer las orientaciones pertinentes y dar los consejos adecuados para cada perfil y/o situación.
En definitiva, esta metodología educativa busca facilitar el aprendizaje del alumno y favorecer su crecimiento personal, tanto dentro como fuera de las aulas.
El coaching educativo deja a un lado la simple transmisión de información a la que el modelo de enseñanza tradicional nos tenía acostumbrados y términos como “implicación”, “compromiso” y “responsabilidad” ganan protagonismo.
Aun así, y para que este modelo académico funcione, es de vital importancia que ambos protagonistas (profesor y alumno) pongan de su parte y trabajen en equipo.
El objetivo del coaching educativo es buscar las mejores condiciones de aprendizaje para que un estudiante o una clase experimente un impulso en su rendimiento académico y personal.
Para llegar hasta ahí, el proceso de coaching educativo consta de las siguientes 5 fases:
En primer lugar, hay que examinar con detenimiento a los alumnos y recabar información sobre ellos, tanto a nivel grupo como individual.
Este paso nos ayudará a conocer más a los estudiantes: cuáles son sus intereses y expectativas (académicas y personales), cómo se sienten, qué temas les inquieta, cuáles son sus puntos fuertes y débiles, etc.
De este modo, resultará más sencillo efectuar las adaptaciones correspondientes y ofrecer una enseñanza personalizada en función de su perfil y/o situación.
Es el momento de que docente y alumno/s piensen y fijen de manera conjunta los objetivos que se pretenden conseguir para que así exista un compromiso. Estas metas deben ser medibles, específicas, tangibles y, sobre todo, alcanzables.
Además, hay que diseñar y establecer un plan de acción para lograrlos. Todo ello basándose en las fortalezas y limitaciones grupales e individuales, y teniendo en cuenta que podría variar conforme a los avances y el ritmo al que estos se vayan produciendo.
Antes de ponerse a trabajar, es importante crear un ambiente de trabajo que contribuya a que los estudiantes ganen confianza y seguridad en sí mismos.
Esto, junto a un proceso de enseñanza-aprendizaje personalizado, les hará mostrar un mayor interés en el momento de enfrentarse a los retos que se les ponga por delante, cumplir con los objetivos establecidos con total probabilidad y, por tanto, desarrollarse tanto académica como personalmente.
Toca ponerse “manos a la obra”: participar activamente, tomar decisiones, detectar fallos, aprender de ellos, etc.
Si bien inicialmente el estudiante y/o la clase contará con el apoyo del docente, este les orientará facilitando su aprendizaje, la idea es que estos vayan asimilando el procedimiento para finalmente llevarlo a cabo ellos de manera autónoma. En cualquier caso, el acompañamiento y el seguimiento siempre estarán presentes.
Una vez finalizado el proceso de trabajo, llega el turno de valorar objetivamente cómo ha ido. Es decir, ver si las metas marcadas se han alcanzado y cuáles han sido sus efectos en el plano educativo y en el personal de los estudiantes.
Es importante que docente y alumnado se pongan al día en cuanto a los progresos dándose feedback. Para ello, tiene que existir una comunicación abierta y fluida entre ambos.
También se puede aprovechar esta fase para hacer comentarios, dar consejos o proporcionar información que pueda ayudar a mejorar en un futuro.
Si bien son muchos los beneficios que esta técnica reporta al ámbito educativo de hoy en día, algunos de los más destacadas son los siguientes:
Aunque algunas de las técnicas de coaching educativo que comentaremos de seguido fueron ideadas para un ámbito más general, lo cierto es que conociéndose en profundidad y haciendo algunas adaptaciones estas pueden aplicarse también en diferentes momentos del proceso de coaching (según la herramienta y la etapa).
Estos son algunos ejemplos de técnicas de coaching educativo que te pueden resultar muy útiles a la hora de optimizar la práctica docente:
Se trata de una adaptación de la herramienta visual de la Rueda de la vida.
Esta técnica de coaching educativo consiste en que el estudiante puntúe del 1 al 10 su nivel de satisfacción en diferentes áreas que influyen directamente sobre los resultados académicos: ambiente de estudio, organización, material didáctico, tiempo de estudio, relaciones interpersonales, motivación, ayuda, etc.
Esto permitirá al docente conocer la situación actual del alumno y establecer acciones para mejorar aquellas áreas que más lo requieran.
Esta herramienta sirve para analizar y realizar un esquema con las fortalezas y las debilidades personales, así como las oportunidades y las amenazas que el entorno ofrece a la hora de diseñar un plan de acción o tomar una decisión.
Esta técnica de coaching educativo también se conoce por el nombre de Diagrama de espina de pescado.
Esta se emplea para plasmar las causas o los factores que conducen a una consecuencia o un efecto final.
Otras formaciones complementarias que te pueden ser de gran ayudar para entender mejor el coaching educativo y trasladar estas técnicas de coaching educativo a tu aula son: el Curso de Estrategias de Aprendizaje y el Curso en Competencias Docentes.
Aun así, encontrarás toda la oferta de Cursos de Educación de la Universidad Europea en nuestra página web.