La taxonomía de Bloom (también conocida como taxonomía de los dominios de aprendizaje) fue diseñada por el psicólogo y pedagogo estadounidense Benjamin Bloom a mediados del siglo XX. Su intención era establecer ciertos criterios que sirvieran para evaluar la adquisición y asimilación de conocimientos y aptitudes por parte del alumnado.
Con el paso de los años, esta teoría ha sido revisada por diversos pedagogos y educadores, quienes la han ido reformulando conforme a las necesidades del contexto educativo hasta darle un enfoque más acorde con la realidad educativa actual.
Si quieres saber con mayor detalle qué es la taxonomía de Bloom, te invitamos a que continúes leyendo nuestro artículo.
¿Qué es la taxonomía de Bloom y para qué sirve?
Hoy en día, son muchos los docentes que recurren a la taxonomía de Bloom para fijar y ordenar jerárquicamente los objetivos o resultados de aprendizaje que sus estudiantes deben alcanzar durante el proceso formativo.
Además de esto, esta herramienta pedagógica sirve de guía a la hora de plantear y diseñar las actividades, y evaluar las tareas y el desempeño personal de cada alumno
Taxonomía de Bloom: niveles
La taxonomía de Bloom clasifica los objetivos educativos en categorías específicas utilizando verbos y los distribuye en diferentes niveles. Estos siguen una evolución, van de menos a más complejo en función del proceso cognitivo que requieren.
Tras varias actualizaciones, como comentábamos al inicio del post, los niveles de la taxonomía de Bloom que han llegado a nuestros días son los 6 siguientes:
- Recordar: es la fase más elemental de la taxonomía de Bloom, pero también la base a partir de la cual se cimentará el aprendizaje posterior, aquel más profundo. Hace referencia al uso y dominio de la memoria a largo plazo.
- Entender:se refiere a la cualidad de comprender las ideas y los procesos, así como saber interpretarlos y expresarlos con palabras propias.
- Aplicar:consiste en llevar a la práctica aquellos conceptos y procedimientos que se hayan visto anteriormente.
- Analizar:es la capacidad de fragmentar un conocimiento en partes y considerar estas por separado, con el objetivo de conocer en profundidad sus características y sacar conclusiones.
- Evaluar:se trata del nivel de la taxonomía de Bloom relativo a la emisión de juicios de valor respecto a la información y metodologías recibidas.
- Crear: es la fase más compleja. Radica en utilizar lo aprendido para construir y desarrollar ideas nuevas; o bien, proponer soluciones para problemas del día a día.
Asimismo, la taxonomía de Bloom propone que la dificultad de las tareas asociadas a cada nivel sea correspondida, yendo de lo más concreto a lo más abstracto.
Ventajas de la taxonomía de Bloom
De seguido, hemos querido recopilar algunos de los beneficios que supone tener en cuenta la taxonomía de Bloom en la planificación docente:
Para docentes:
- Reflexionar sobre los niveles de complejidad de los resultados /objetivos de aprendizaje que se deben trabajar en una determinada asignatura.
- Planificar/diseñar las actividades que llevarán a cabo durante el curso y secuenciarlas conforme a su grado de complejidad (de menor a mayor).
- Facilitar la inclusión de actividades formativas que aseguren la adquisición de resultados de aprendizaje en niveles cognitivos superiores
- Reconocer los diferentes ritmos de aprendizaje de una clase y de cada estudiante.
- Hacer seguimiento de cada alumno/a y ofrecer una técnica de enseñanza personalizada según sus necesidades educativas. Consulta nuestro Curso de Estrategias de aprendizaje.
Para estudiantes:
- Trabajar el pensamiento crítico y reflexivo.
- Ayudarles a ser más conscientes de su proceso de aprendizaje y que sepan en qué fase se encuentran en cada momento.
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