Alumnos de la Escuela de Arquitectura, Ingeniería y Diseño de la Universidad Europea han colaborado para hacer posible este lanzamiento en colaboración con AMSAT-EA y el CSIC, y cuyo team leader del proyecto es Oriol Cortés, alumni del Grado en Ingeniería Aeroespacial.
El espacio lleva más de dos años preparándose para el lanzamiento del satélite EASAT-2 y, por fin, ya es una realidad. “El proceso ha sido muy similar al que se lleva a cabo en la industria, por lo que nos ha dado mucha experiencia de cara al sector profesional”, empieza explicando el team leader del proyecto y alumni del Grado en Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Europea, Oriol Cortés. “Sabíamos los requisitos que tenía que tener el satélite y sus subsistemas, así que nos basamos en ellos para investigar sobre el estado de arte y, posteriormente, crear un modelo (primero en dibujo: en papel o en una pizarra), hacer cálculos teóricos, llevarlo al ordenador y pasarlo a 3D. Más adelante hicimos los análisis necesarios (térmico, estructural, orbital, estabilidad de control, etc.) e iteramos una y otra vez”, explica. Un largo y constante proceso que ha sido supervisado por profesores de la Universidad como Fermín Navarro, Alicia Páez, Jesús Martín, Víctor Padrón y Julio Gallegos, así como por compañeros de la asociación AMSAT-EA, quienes entre todos “hemos podido llegar a un diseño preparado para volar en el espacio”.
Oriol forma parte del grupo de estudiantes de la Escuela de Arquitectura, Ingeniería y Diseño de la Universidad Europea, quienes, en colaboración con AMSAT-EA, han hecho posible la creación del satélite EASAT-2, el cual durará dos años en órbita. Un satélite que no va solo, lleva consigo a bordo un experimento realizado conjuntamente con el CSIC, del grupo de investigación sobre meteoritos y geociencias planetaria del Instituto de Geociencias, IGEO (CSIC-UCM), y que podría ser utilizado como material de construcción en la Luna.
“Para nosotros es todo un logro tener la oportunidad de ver el fruto de todo nuestro esfuerzo y horas de trabajo enviado al espacio”, comenta el estudiante de Ingeniería Aeroespacial, además de agradecer a la Universidad Europea su apoyo a esta iniciativa desde el principio. “La Universidad Europea nos ha prestado, en primer lugar, el espacio de trabajo necesario para reuniones, charlas, etc. En segundo lugar, el acceso al Fablab y los demás talleres, lo que nos ha permitido fabricar prototipos y ver los fallos que estos tenían de una forma ágil. Y en último lugar, pero no por ello menos importante, nos ha financiado el proyecto. Creo que todos los estudiantes nos sentimos extremadamente afortunados y agradecidos de la confianza que se nos dio desde la Universidad, que nos dio soporte económico para comprar materiales y para el lanzamiento con Alba Orbital”.
Profesores y alumnos han trabajado codo con codo para hacer realidad esta idea que nació desde cero y que ahora mismo sobrevuela la Tierra. “Este logro será mucho más bonito cuando podamos "cerrar el círculo" y trabajemos en futuros satélites con un montón de lecciones aprendidas”, termina diciendo Oriol Cortés.
Además, el lanzamiento del satélite lo han podido seguir estudiantes y profesores desde la Sala PBS (C-223) del Campus de Villaviciosa de Odón. Este satélite, que se encuentra orbitando a una altura de 525 km, permite comunicaciones por voz en FM así como transmisión de datos. En la siguiente foto se pueden ver las comunicaciones realizadas ya con EASAT-2.