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Algunas teorías pedagógicas, como el constructivismo en educación, destacan la importancia de que los estudiantes construyan su propio conocimiento a partir de herramientas que faciliten su participación en el aprendizaje. Y eso justo es lo que es un lapbook: un recurso educativo interactivo que desarrolla la creatividad de los alumnos mientras aprenden.
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La interactividad y el carácter visual son los componentes esenciales de lo que es un lapbook. Se trata de una herramienta educativa, generalmente hecha de cartulina o papel, que permite organizar información sobre un tema específico a través de elementos manipulables.
Este formato suele constar de minilibros, solapas, desplegables y gráficos que se pueden abrir y cerrar, lo que lo convierte en una experiencia didáctica y atractiva para aprender y repasar conceptos. Se utiliza mucho en la educación infantil y primaria, aunque también puede adaptarse a otros niveles.
Los lapbook pueden variar en cuanto a su estructura, formato y enfoque.
Se centra en un tema específico, como la fotosíntesis, el ciclo del agua o la vida en el antiguo Egipto.
Se utiliza para mostrar una secuencia temporal, por ejemplo, la sucesión de monarcas en España o el proceso de germinación de una planta.
Es ideal para proyectos en los que se recopila mucha información, como la biografía de un personaje histórico o los ecosistemas.
Está diseñado para trabajar el análisis de libros o textos literarios. Incluye información sobre los personajes, la trama, el desenlace, los temas y los valores que se presentan en la obra.
Un lapbook está compuesto por una serie de elementos interactivos y visuales que permiten organizar, presentar y revisar información de manera creativa.
Hacer un lapbook es un proceso creativo y educativo que requiere varios pasos para organizar el contenido de forma interactiva.
Puede ser sobre una materia escolar (ciencias, historia, matemáticas, etc.), un libro, un concepto o, incluso, una autobiografía. El tema debe ser lo suficientemente amplio para abarcar varios elementos, pero no tan extenso que resulte abrumador.
Un listado básico debería contener:
Decide cómo se organizará el lapbook. Normalmente, el soporte principal es una carpeta doblada o una cartulina que se dobla en tres partes (como un tríptico).
Si no sabes cómo organizarlo, dibuja un esquema previo en papel para visualizar dónde irán los distintos elementos.
Para hacer solapas y pestañas, corta piezas de papel de diferentes formas (rectángulos, círculos, triángulos) que se puedan doblar y abrir.
Para hacer minilibros que se puedan abrir, recorta pequeños rectángulos de papel y pégalos o dóblalos en forma de páginas. Dentro de cada minilibro, coloca una parte del tema.
Para hacer desplegables, corta tiras de papel que puedan plegarse como acordeones.
Para hacer ruedas giratorias, corta dos discos de papel, uno más pequeño que el otro, y colócalos uno encima del otro usando una chincheta para que giren.
Para hacer bolsillos, pega sobres de papel y mete tarjetas dentro.
Utiliza imágenes, gráficos, palabras clave y resúmenes cortos. Evita textos largos para mantenerlo visual y fácil de manejar.
Por último, colorea, añade pegatinas o dibujos que representen el tema. La decoración no solo lo hace más atractivo, sino que también refuerza visualmente el contenido.
¡Y listo! Ya solo queda compartir el lapbook con los alumnos para que todos puedan jugar y aprender con él.