Estimulación vestibular: ¿por qué es clave en el desarrollo infantil?

El desarrollo infantil es un proceso complejo en el que intervienen múltiples sistemas sensoriales. Entre ellos, uno de los más influyentes, aunque a veces poco visible, es el sistema vestibular. Es el encargado del equilibrio y del control postural, por lo que su estimulación adecuada es imprescindible durante los primeros años.

En programas especializados como el Máster en Atención Temprana y otros masters en Educación online de la Universidad Europea, se profundiza en cómo los distintos sistemas sensoriales influyen en el desarrollo infantil, y las estrategias más eficaces para estimularlos, formando a profesionales capaces de acompañar de manera integral el crecimiento de cada niño.

A continuación, veremos qué es exactamente la estimulación vestibular, cómo influye en la infancia, qué actividades pueden potenciarla y cómo se trabaja en servicios de atención temprana.

¿Qué es la estimulación vestibular?

La estimulación vestibular es el conjunto de experiencias y actividades que activan el sistema vestibular, ubicado en el oído interno. Este sistema detecta el movimiento, los cambios de posición y la orientación del cuerpo en el espacio. Gracias a él, podemos mantener el equilibrio, coordinar movimientos y regular la postura sin necesidad de pensar en ello.

Es, además, un sistema “puente” entre otros sentidos: se coordina con la vista, el tacto y la propiocepción para generar respuestas motrices fluidas y seguras. Por eso, su correcto desarrollo facilita acciones tan cotidianas como caminar, girar la cabeza para mirar un objeto o mantener la atención mientras estamos sentados.

Funciones del sistema vestibular en el desarrollo infantil

Durante la infancia, el sistema vestibular actúa como un auténtico motor del desarrollo. Algunas de sus funciones más relevantes son:

• Regulación del equilibrio y la postura

Permite que el niño mantenga el control del cuerpo al moverse, girar o cambiar de posición. Es esencial para actividades como subir escaleras, saltar o aprender a montar en bicicleta.

• Coordinación motora

Un sistema vestibular maduro ayuda a integrar ambos hemisferios del cerebro, favoreciendo la coordinación entre brazos y piernas. Esto repercute directamente en la motricidad gruesa y fina.

• Desarrollo de la atención

Un sistema vestibular equilibrado favorece la capacidad del niño para mantener la concentración durante más tiempo. Al regular la posición del cuerpo y estabilizar la mirada, facilita que pueda seguir instrucciones, participar en actividades de aula y sostener la atención en tareas que requieren precisión.

• Integración sensorial

El sistema vestibular organiza la información sensorial que llega de otros sistemas. Si existe una disfunción, el niño puede mostrar inseguridad al moverse, hipersensibilidad o dificultades en el aprendizaje.

¿Por qué es importante la estimulación vestibular en la infancia?

La estimulación vestibular no solo ayuda a que el niño mejore su equilibrio. También, influye en competencias que afectarán directamente a su autonomía, aprendizaje y bienestar emocional.

• Favorece el desarrollo motor: los niños que reciben una estimulación adecuada suelen mostrar mayor seguridad al explorar su entorno.
• Potencia los aprendizajes escolares: la estabilidad corporal es necesaria para escribir, leer o copiar de la pizarra.
• Ayuda a regular la conducta: un sistema vestibular equilibrado contribuye al control de impulsos y a la autorregulación emocional.
• Apoya el desarrollo del lenguaje: la coordinación motora y la orientación espacial también intervienen en la planificación motriz necesaria para el habla.

Este enfoque está muy presente en la estimulación temprana, un área que trabaja la maduración sensorial desde los primeros años para facilitar un desarrollo global.

Actividades de estimulación vestibular para niños

El juego es la herramienta más eficaz para trabajar la estimulación vestibular. Estas son algunas actividades especialmente recomendadas para ello:

Actividades de movimiento lineal

• Balancearse en columpios tradicionales.
• Deslizarse por toboganes.
• Pasear en carretilla sujetando los pies del niño.

Actividades de rotación

• Girar suavemente sobre una base giratoria o sobre el césped.
• Juegos de “vueltas” controladas con la ayuda de un adulto.

Actividades de equilibrio

• Caminar por líneas dibujadas en el suelo.
• Jugar sobre superficies inestables como cojines o colchonetas.
• Realizar circuitos sencillos que combinen subir, bajar y mantener el equilibrio.

Actividades acuáticas

• Flotar, impulsarse suavemente y moverse dentro del agua ayuda a desarrollar el control corporal.

Juegos sensoriales complementarios

• Rodar dentro de mantas.
• Gatear por túneles.
• Saltar en camas elásticas pequeñas.

La clave está en adaptarse a cada niño, ofrecer variedad y respetar sus tiempos. La estimulación vestibular siempre debe ser progresiva, divertida y segura.

¿Cómo se aborda la estimulación vestibular en la atención temprana?

En la atención temprana en educación, la estimulación vestibular forma parte de un trabajo global del desarrollo infantil. Los profesionales llevan a cabo las tareas siguientes:

• Evalúan el desempeño motor, la coordinación y la integración sensorial.
• Diseñan sesiones personalizadas que incluyen movimiento, juego y actividades sensoriales.
• Favorecen la participación familiar, dando pautas para continuar con la estimulación en casa.
• Integran diferentes áreas terapéuticas, como psicomotricidad, fisioterapia pediátrica y terapia ocupacional.

Estas intervenciones están basadas en evidencia y buscan apoyar al niño en un momento clave de plasticidad cerebral.

La estimulación vestibular es una pieza fundamental en el desarrollo infantil, pero también una oportunidad para potenciar aprendizajes y construir seguridad corporal a través del juego.

A medida que la investigación avanza, surgen nuevas formas de integrar el movimiento en entornos educativos y familiares, abriendo puertas a metodologías más activas y sensoriales.

Comprender su importancia no solo ayuda a los profesionales, sino también a las familias que desean acompañar el crecimiento de sus hijos desde una mirada amplia y respetuosa.