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El pie diabético causa sensibilidad y dificulta la cicatrización de heridas en los pacientes con diabetes. Una adecuada prevención y un tratamiento llevado por profesionales médicos reduce las posibilidades de complicaciones más graves.
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El pie diabético es una complicación crónica de la diabetes mellitus, una enfermedad crónica caracterizada por niveles elevados de azúcar en la sangre durante un período prolongado.
Esta afección se desarrolla cuando la diabetes afecta a los nervios periféricos (neuropatía diabética) y a la circulación sanguínea en los pies. Como resultado, los pacientes pueden experimentar pérdida de sensibilidad en el pie y complicaciones para cicatrizar heridas.
El pie diabético aumenta el riesgo de desarrollar úlceras (llagas) en los pies, que pueden infectarse. En casos graves, la infección puede llevar a la amputación del pie o la pierna.
Los síntomas del pie diabético pueden variar según la gravedad de la condición. Sin embargo, algunas personas con neuropatía diabética pueden no presentar síntomas. Por eso, cualquier cambio en la sensación o apariencia de los pies debe comunicarse al médico de inmediato para evitar complicaciones graves.
Entre los síntomas más habituales se encuentran los siguientes:
El tratamiento del pie diabético es multidisciplinario y debe estar supervisado por un equipo médico compuesto por podiatras, cirujanos vasculares y endocrinólogos.
Los pacientes deben recibir educación sobre la prevención y el autocuidado para minimizar el riesgo de complicaciones graves.
Entre las estrategias más utilizadas en el tratamiento del pie diabético encontramos las siguientes:
Mantener niveles de glucosa en sangre dentro del rango objetivo es fundamental para prevenir y tratar complicaciones del pie diabético. Esto puede incluir cambios en la dieta, ejercicio regular y, en algunos casos, medicamentos o insulina prescritos por un médico.
Si se desarrollan úlceras o heridas en los pies, es importante tratarlas adecuadamente para prevenir infecciones y promover la cicatrización. Esto puede incluir limpieza regular de la herida, aplicación de apósitos especiales, desbridamiento de tejido muerto o infectado, y en algunos casos, cirugía para eliminar tejido dañado o para mejorar la circulación sanguínea.
Los pacientes con úlceras o neuropatía diabética pueden experimentar dolor en los pies. El manejo del dolor puede incluir el uso de analgésicos, así como el tratamiento de las causas subyacentes del dolor, como la inflamación o la neuropatía.
Se pueden utilizar medidas para mejorar el flujo sanguíneo, como la terapia de compresión, la angioplastia (procedimiento para abrir arterias estrechas o bloqueadas) o la cirugía vascular.
Los pacientes con pie diabético tienen un mayor riesgo de desarrollar infecciones en las heridas. Se pueden prescribir antibióticos para tratar infecciones existentes y se pueden tomar medidas para prevenir infecciones futuras. Entre ellas, mantener las heridas limpias y secas, o recibir vacunas recomendadas, como la de la gripe y la de la neumonía.
En el caso del pie diabético, la máxima “más vale prevenir que curar” funciona a la perfección. Unas medidas preventivas y un control adecuado de la diabetes reducen significativamente el riesgo de desarrollar pie diabético.
Aquí te dejamos 6 consejos básicos para para prevenir el pie diabético:
En cualquier caso, es recomendable que consultes regularmente a un podólogo para exámenes de pies completos, especialmente si se sufre neuropatía diabética o problemas de circulación.
Un profesional de la salud puede identificar problemas en etapas tempranas y proporcionar orientación sobre el cuidado adecuado de los pies. Los másters de deporte y las carreras relacionadas con el deporte de la Universidad Europea ofrecen una base sólida para comprender la importancia del cuidado podológico en el rendimiento deportivo y la prevención de lesiones.