Valeria Moriconi, psicooncóloga y profesora de la Universidad Europea, fue protagonista de la mesa redonda sobre las necesidades y acompañamiento del paciente del evento organizado por Mujer Hoy para hablar sobre el cáncer de piel
La importancia de la prevención del cáncer de piel, las nuevas estrategias en su abordaje y las necesidades y acompañamiento al paciente centraron este miércoles, 22 de mayo, el encuentro Mujerhoy Cancer Care 2024 organizado por Mujer Hoy de Vocento. Unas jornadas que se han convertido en referencia año a año para que los pacientes puedan informarse sobre los avances y la mejor manera de enfocar la enfermedad.
Un evento en el que la Universidad Europea ha participado de la mano de Valeria Moriconi, profesora de Psicología en la Universidad y experta en Psicooncología, cuidados paliativos y duelo.
Como mensaje principal, quedaba evidente la importancia de disminuir la incidencia de un tipo de tumor que sigue creciendo cada año. Según los datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el 1,7% de la población europea está afectada por el cáncer de piel y en España se diagnostican más de 78.000 nuevos casos cada año.
Tras las interesantes aportaciones sobre prevención y tratamiento de la enfermedad a cargo de Natalia Jiménez, dermatóloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid; Alberto Conde Taboada, jefe de servicio de dermatología de MD Anderson Cáncer Center Madrid; Pilar López Criado, oncóloga responsable de la Unidad Multidisciplinar de Piel y Melanoma en MD Anderson Cáncer Center de Madrid; Ainara Soria, responsable de tumores cutáneos y tumores de cabeza y cuello del servicio de oncología del Hospital Ramón y Cajal; Vanesa Jorge, responsable de atención psicosocial de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) de Madrid y Nora García, enfermera oncológica en MD Anderson Cáncer Center Madrid, Valeria Moriconi ponía el acento en la importancia de la salud mental.
En un momento en el que salud mental adquiere protagonista y ahí “es fundamental escuchar las necesidades del paciente y acompañar sus emociones durante todo el proceso”. Apuntaba que “vivimos en una sociedad en la que parece que hay que estar felices todo el tiempo. Un paciente puede sentirse un bicho raro, avergonzarse y culparse, y todas las reacciones son buenas. Lo que estás sintiendo es lo que tienes que estar sintiendo. El miedo, por ejemplo, es un compañero que nos acompaña toda la vida y nos tenemos que hacer su amigo, porque gracias a él sabemos hasta dónde podemos llegar”.
Recordaba además la dificultad emocional de muchos supervivientes al recuperarse: “Al superar la enfermedad, se supone que tiene llegar un estado de felicidad y no siempre es así. Es habitual que la persona se venga abajo porque aquí viene la vuelta a la vida y ya no somos los mismos”.