Con esta información, se pretende conocer cómo diferentes variables de perfil psicológico, nutricional, de actividad física y odontológico pueden modular la percepción de fatiga y dolor.
El grupo de investigación en Psicofisiología Aplicada de la Universidad Europea, liderado por Vicente Javier Clemente, ha realizado una evaluación de respuesta termográfica en una prueba cívico-militar que se ha llevado a cabo del 7 al 10 de junio en Santander, para estudiar los fenómenos de fatiga y dolor. Todo ello unido a la obtención de un perfil psicológico, nutricional, odontológico, y de actividad físico previo que ayude a ver como todas estas variables pueden modificar la percepción de esfuerzo y dolor en este tipo de pruebas extremas. En concreto, esta prueba ha consistido en portar una mochila de 10 kg, y realizar un recorrido de 40 km al día (160 km en total).
En palabras de Vicente Javier Clemente, “se ha podido observar como la prueba produce un aumento de la deshidratación, llegando a puntos extremos, sobre todo el primer día, una alta destrucción muscular, una caída en la manifestación de fuerza, tiempo de reacción y un aumento en los tiempos de reacción. Las asociaciones finales con los parámetros de dolor y fatiga se harán después de analizar los datos de los cuatro días”.
Con esta información, se pretende conocer cómo diferentes variables de perfil psicológico, nutricional, de actividad física y odontológico pueden modular la percepción de fatiga y dolor y su correspondencia con la funcionalidad del musculo antes y después de las marchas. Además, en un grupo reducido de participantes, se ha realizado un estudio termográfico y bioquímico antes, durante y después de la prueba para evaluar también como diferentes parámetros fisiológicos y de termorregulación pueden modular igualmente la percepción de fatiga y dolor.
Vicente Javier destaca que este tipo de evaluaciones insitu en este tipo de pruebas no se han realizado previamente (a excepción de las que ha realizado el grupo de investigación en Psicofisiología Aplicada con militares). En total, un grupo de tres profesores junto con dos militares se han monitorizado durante los cuatro días de la marcha, analizando variables de activación cortical, modulación autonómica, cortisol salivar, respuesta metabólica, destrucción muscular, función renal, hidratación, manifestaciones de fuerza, termografía muscular y tiempo de reacción.