En una sociedad interconectada como la nuestra, el tradicional “boca a boca” que servía para consolidar el prestigio de los profesionales se ha trasladado en gran medida al plano virtual. Se ha popularizado el concepto de “marca personal”, que asemeja la reputación de las personas a la de una marca comercial. Este enfoque permite aplicar estrategias similares a las del marketing para ejercer un mayor control sobre la imagen pública de los profesionales.
En el mundo del derecho, donde el prestigio individual puede ser un factor decisivo para el éxito, la marca profesional del abogado debe gestionarse estratégicamente. Clientes potenciales, competidores y futuros empleadores se basan en ella para tomar decisiones que pueden afectar a la carrera de los letrados.
En este artículo veremos en qué consiste la marca profesional de un abogado, cómo crearla y cómo diseñar una estrategia que te ayude a lograr tus objetivos. Pero si quieres dedicarte a la abogacía y te interesa empezar a trabajar la tuya, te recomendamos que eches un vistazo al Máster en Abogacía online de la Universidad Europea. Su plan de estudios orientado al desarrollo profesional incluye contenidos y herramientas que te ayudarán a abrirte camino en el mundo del derecho. Y si buscas una experiencia presencial, mira el Máster en Abogacía en Valencia o el Máster en Abogacía en Madrid, que comparten el mismo programa.
Igual que en los productos de consumo, la marca personal debe contar con elementos diferenciadores. Por eso, la marca personal de un abogado no es algo que deba tomarse a la ligera. Crearla implica un ejercicio de reflexión donde deben definirse los siguientes aspectos:
No se trata de entrar en el club de los abogados influencers de la noche a la mañana, pero todos los esfuerzos que hagas para mejorar tu marca personal repercutirán en tu prestigio profesional. Una vez definida la tuya, dedica un tiempo a diseñar una estrategia para desarrollarla teniendo en cuenta diferentes aspectos.
Empieza por calcular las horas de que dispones. El networking y las redes sociales llevan tiempo. Es mejor fijarse un plan realista y cumplirlo que establecer objetivos ambiciosos pero irrealizables. Después, crea un calendario para tus interacciones, tanto en el espacio digital como en las relaciones en persona. Lo más importante es que el calendario sea lo más concreto posible. Para X (antes Twitter), por ejemplo, puedes marcar un número de tuits y retuits semanales. Fuera de la web, también puedes programar llamadas o correos a compañeros y clientes para mantener el contacto y promover tu marca personal como abogado.
Planifica actividades para ampliar tu red de contactos. Estas pueden incluir asistir a conferencias y eventos profesionales, y también conseguir más visitas a tu página web o seguidores en las redes sociales. La forma más eficaz para lograr esto último es publicar contenidos de interés, pero también seguir a otras personas y comentar sus publicaciones. Solo tienes que tener en cuenta el contexto en el que estés. Seguir a otros profesionales en redes como LinkedIn o X es correcto, pero a lo mejor tus clientes no quieren solicitudes de amistad de su abogado en Facebook o Instagram.
Dedica un tiempo a crear una lista con los tipos de contenidos que puedan ayudarte a desarrollar tu marca personal como abogado. Para empezar, crea distintas secciones según el tipo de plataforma y la audiencia a la que vayas a dirigirte, tanto en redes como en eventos profesionales. Después, identifica temas concretos pensando siempre en lo que más pueda interesar a tu público. Lo ideal es encontrar un equilibrio entre temas que puedan ser relevantes en todo momento y temas actuales. Los primeros te ofrecerán resultados a largo plazo, pero los temas de actualidad pueden viralizarse y conseguir alcance inmediato.
Ni los mejores especialistas en marketing pueden diseñar una estrategia 100 % eficaz. Cuando trabajes tu marca personal de abogado, necesitarás programar evaluaciones periódicas para ver si funciona. Planifica al menos una revisión trimestral y establece indicadores para medir con objetividad los resultados. Puedes valorar el número de seguidores, de interacciones, de comunicaciones profesionales u otros que sean relevantes para tus metas. Lo importante es saber qué está pasando, si tu estrategia está funcionando y conocer cuáles son los puntos débiles para hacer los cambios necesarios.
En resumen, la marca personal de un abogado contribuye a su credibilidad, su prestigio y su éxito profesional. Se desarrolla en su trabajo diario, pero también en su actividad en las redes sociales, que tienen potencial para llegar a miles de personas. Por eso, es muy importante pensar en ella de forma estratégica y no dejar nada al azar. Esperamos que estos consejos te ayuden a trabajar la tuya para impulsar tu carrera en el mundo del derecho.