¿Se puede cambiar un destino? ¿Otorgar una segunda oportunidad a alguien que merezca cumplir sus sueños? ¿Salvarle, evitando ese accidente que está a punto de suceder? Son las preguntas que se plantean con la primera novela de Pedro Casillas (@pedrocasillasascanio), profesor del departamento de odontología de la Universidad Europea. Para Pedro, además de su “pasión por la sonrisa de los demás, siempre ha estado la pasión por las letras, por la oportunidad que estas nos ofrecen para volar permaneciendo en el mismo lugar”. Y es precisamente eso lo que ha buscado en El Club de los Destinos Rotos (#elclubdelosdestinosrotos). Una novela de ficción que atrapa al lector desde las primeras páginas, escrita en un lenguaje sencillo, que habla de metas, sentimientos, sueños, y esfuerzo.
La trama se incia en los años sesenta, donde el doctor Bizum, un solitario científico doctorado en física cuántica, logra medir con gran precisión el magnetismo que producen las neuronas cuando tenemos sueños o ilusiones, concluyendo que cuantos más sueños, mayor actividad neuronal y mayor magnetismo. Pero su estudio va más allá: descubre que esos campos magnéticos se alteran cuando estamos a punto de sufrir un cambio brusco o un accidente en nuestro destino, como si se tratara de una alerta o de un sexto sentido aún por descubrir. Con la financiación necesaria y envuelto en el mayor de los secretos, él y mister Marshall fundaron El Club de los Destinos Rotos, una entidad de la que forman parte un selecto grupo de agentes secretos de todas las nacionalidades, cuyo objetivo es evitar que los destinos de los soñadores se rompa antes de alcanzar sus metas.
Para el autor, “no ha sido fácil rescatar de la oscuridad mi primera novela: El Club de los Destinos Rotos. Ha consistido, a lo largo de varios años, en un ejercicio de trabajo, tesón, búsqueda y superación personal, que finalmente me ha llevado a hacer realidad lo que hace tiempo apenas fue el sueño de un niño. Un sueño construido con la esperanza de contar historias entretenidas y originales, pero que además transmitieran valores tan importantes para la vida como el esfuerzo, el sacrificio o el amor”.