Cada vez son más los estudiantes extranjeros que se integran en las aulas de escuelas de todo el mundo debido a los movimientos migratorios en búsqueda de estabilidad política, cultural y personal. En este contexto, los sistemas educativos acogen a los hijos de las familias inmigrantes como nuevos alumnos demostrando una actitud positiva y una agradable predisposición tanto por parte de los profesores como de los compañeros de clase. Pero, sin embargo, la creciente diversidad cultural y étnica de estos alumnos puede ser un hecho que dificulte su integración en la escuela.
Esta situación podría provocar un estado de estrés en estos alumnos como respuesta a la amenaza que perciben, lo que se podría traducir en una desregulación del sistema nervioso autónomo provocando cambios como la producción de energía, el aumento de la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca.
Por ello, Ana Isabel Beltrán Velasco, Daniel Mendoza Castejón y Vicente Javier Clemente Suárez, profesores e investigadores de la Universidad Europea, junto con Juan Pedro Fuentes García, de la Universidad de Extremadura, han analizado las diferencias en los marcadores de estrés conductual, psicológico y fisiológico, así como el rendimiento académico de alumnos de padres inmigrantes y de padres no inmigrantes. En total, han realizado el estudio con 75 alumnos de 3 a 12 años (37 de familias inmigrantes marroquíes y 38 de familias españolas), todos ellos estudiantes de un colegio público español. El artículo ha sido publicado por Elsevier en la revista científica Physiology & Behavior bajo el título “Behavioural, psychological, and physiological stress markers and academic performance in immigrant and non-immigrant preschool and school students”.
Tras realizar la investigación, no se han encontrado diferencias significativas en los marcadores de estrés de ambos grupos de alumnos. Los estudiantes de padres inmigrantes y no inmigrantes han presentado los mismos comportamientos y rendimiento académico. Además, tampoco se han encontrado diferencias significativas al comparar los diferentes grupos de edad analizados.
Esto puede deberse a que las familias extranjeras de los alumnos que se han analizado en el estudio procedían de Marruecos y poseían una cultura mediterránea común a la española, pero también con conflictos históricos. Un elemento importante fue que los alumnos de padres inmigrantes nacieron en España, convivieron con ambas lenguas (la lengua vehicular y la lengua materna), lo que reduciría significativamente la falta de integración en una comunidad y reduciría la posibilidad de fracaso escolar y el estrés producido.