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¿La lucha contra el estrés puede afectar la información periodística de conflictos bélicos?

11 dic 2020

Uno de los escenarios más peligrosos en el que trabajan los periodistas es la cobertura de conflictos bélicos, algo que puede comprometer la salud física y psicológica. Estudios anteriores han informado de una mayor prevalencia de trastornos psicológicos, hasta el 35,8%, en periodistas desplegados en conflictos bélicos en Vietnam, Afganistán, Irak y Oriente Medio que en los soldados. Este hecho está directamente relacionado con los horrores de la guerra a los que están expuestos, pues son testigos in situ de asesinatos, tortura, masacres y accidentes que impactan directamente en su salud psicológica.

José Francisco Tornero Aguilera y Vicente Javier Clemente Suárez, profesores en la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad Europea y miembros del Centro de Investigación en Combate Aplicado (CESCA), junto con el investigador José Juan Robles-Pérez, del Cuartel General de Fuerzas Ligeras del Ejército de Tierra, han analizado la respuesta psicofisiológica, la memoria y el procesamiento de la información de 40 soldados profesionales (21 hombres y 19 mujeres) con experiencia internacional en áreas de conflicto actuales como Afganistán, Irak, Bosnia y Herzegovina y Kosovo; y 19 periodistas (12 hombres y 7 mujeres) con experiencia en cobertura de conflictos internacionales como Ruanda o Afganistán. Para ello, llevaron a cabo una simulación de combate replicando escenarios de guerra reales, incluyendo personal y equipamiento de combate.

Bajo el título “Could Combat Stress Affect Journalists’ News Reporting? A Psychophysiological Response”, el artículo se ha publicado en la revista internacional Applied Psychophysiology and Biofeedback.

Tras la simulación del combate, los soldados tuvieron que responder a un cuestionario compuesto por preguntas tácticas como “¿Cuántos disparos realizó la unidad?”; elementos olfativos (sangre, pólvora…), visuales (cuchillo, rifle, teléfono…) y auditivos (explosiones, voces en diferentes idiomas…); así como la identificación de agresores y víctimas. Por su parte, los periodistas tuvieron que presentar una noticia o reportaje para su periódico con algunas frases obligatorias.

Entre los principales resultados, destaca un aumento significativo en ambos grupos en metabolismo, muscular, cardiovascular, y respuesta de ansiedad cortical y psicológica, así como una disminución significativa en la precisión de la memoria desde inmediatamente después del combate hasta las 24 y 72 horas posteriores. Además, este deterioro cognitivo y de la memoria fue mucho mayor en los periodistas que en los soldados, lo que tuvo como resultado noticias periodísticas con un porcentaje de precisión con el evento real de sólo el 27%.

Por último, dos de los periodistas afirmaron no tener suficiente información para redactar la noticia y ninguno de ellos escribió explícitamente que una víctima fuera decapitada, al igual que la mayoría de los soldados omitieron en sus expedientes haber visto el cadáver de un soldado del Ejército español muerto por un artefacto explosivo improvisado.