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El 10% de la población mundial tuvo problemas de salud mental durante el confinamiento

30 mar 2021

La Covid-19 es la pandemia más grande la historia moderna. Tanto es así, que ha obligado a los diferentes gobiernos alrededor del mundo a imponer medidas de confinamiento nunca antes planteadas. Como consecuencia, los hábitos y rutinas diarias de la población se han visto significativamente alteradas, afectando directamente a la salud mental de las personas.

Por esa razón, universidades y centros de investigación de una veintena de países distintos, entre los que se encuentra la Universidad Europea, han puesto en marcha un estudio internacional con el objetivo de analizar el impacto del confinamiento en la salud mental de la población mundial. En la investigación han participado cerca de 10.000 personas, en su mayoría mujeres, de un total de 78 países y todos ellos mayores de 18 años. Para su desarrollo se han tenido en cuenta algunos indicados como el país de residencia y el perfil sociodemográfico de los participantes, así como el tipo de confinamiento decretado en su país de origen y otro tipo de factores sociales y psicológicos, con el objetivo de analizar variables como el estrés, los síntomas de depresión, los afectos y el nivel de bienestar experimentado durante el tiempo de aislamiento.

El estudio titulado “Impact of COVID-19 pandemic on mental health: An international study” ha revelado que el confinamiento perjudicó gravemente la salud mental del 10% de la población mundial, mientras que alrededor del 50% mostró una salud mental moderada.

Tras los resultados obtenidos, los investigadores, entre los que se encuentra Francisco Montesinos, doctor en Psicología, experto en Psicología Clínica y de la Salud y profesor en la Universidad Europea, han sugerido una actualización de las iniciativas de salud pública diseñadas para promover la salud mental en general. Que los trabajadores de los servicios públicos de salud atiendan, encuentren y se dirijan a las personas que cuentan con poco apoyo social y/o cuyas finanzas han empeorado como resultado de las medidas o que las intervenciones de salud pública apunten a procesos psicológicos como la flexibilidad psicológica en general para ayudar potencialmente a amortiguar otros factores de riesgo para la salud mental son algunas de ellas. Asimismo, instan a que exista disponibilidad de apoyo social e información sobre dónde obtener apoyo y permanecer conectado.