Con motivo del Día Internacional de la Epilepsia que se celebró el día 24 de mayo hemos tenido la oportunidad de hablar con la experta en esta área Mariana Cairós, Doctora en Psicología y profesora de nuestro Máster en Neuropsicología.
En primer lugar, es importante conocer los tipos de crisis epilépticas que hay. Podríamos distinguirlas en crisis de inicio focal, en las que el foco epiléptico está muy localizado en una zona del cerebro (lóbulo frontal, temporal…) y la crisis afecta de manera parcial creando la alteración en función de la zona donde se encuentre. Puede ser desde un giro de cabeza repetido, mirada perdida…
Por otro lado, tendríamos las crisis de inicio generalizado, en las que afecta a todo el cuerpo, y dentro de estas encontramos dos tipos: las de inicio motor, son las primeras que nos vienen a la cabeza al pensar en crisis epilépticas en las que hay fuertes movimientos del todo el cuerpo con convulsiones y espasmos; y también nos encontramos las no motoras, más conocidas como de ausencia que son en las que hay una desconexión del medio, no hay una sintomatología motriz.
Conociendo los tipos de crisis epilépticas, y antes de entrar en cómo actuar ante una de ellas, es importante resaltar dos momentos importantes a los que no se le suelen dar importancia y hay que tener en cuenta. Muchas veces una crisis va acompañada por la denominada aura, el paciente siente que le va a dar una crisis, esto no siempre ocurre, pero cuando aparece es realmente actuar ayudándole. Otro gran olvidado es el estado proscrítico, en el que el paciente se encuentra con una gran confusión y en el que este se recupera, y que varía totalmente de una persona a otra.
Ahora que conocemos mejor sobre las crisis, ¿cómo debemos actuar ante una?
- En primer lugar, mantener siempre la calma. Muchas veces los nervios hacen que actuemos mal y agravan la situación.
- Poner a la persona en una situación de seguridad, no son conscientes del entorno y se pueden caer o golpearse. Es importante que, si la persona cae al suelo, tumbarla de lado y ponerle algo bajo la cabeza. No limitar a la persona ya que te podría herir tanto a ti como a sí mismo. Tampoco introducir nada en la boca salvo que sea un profesional con conocimientos de cómo hacerlo.
- Es importante cronometrar la duración de la crisis, al ser una situación traumática solemos tener la sensación de que son muy largas cuando apenas duran unos minutos.
- Una vez que la crisis ha terminado explicarle lo que ha ocurrido ya que no son conscientes y suelen estar desubicados. Preguntarle cómo se encuentra y cubrir sus necesidades de ese momento.
Importante no adelantarnos a la hora de llamar a una ambulancia, solo en el caso de que sea la primera crisis que sufre, dure más de 5 minutos, tenga varias seguidas o esté embarazada. También si no respira o tiene fiebre alta, o si intuimos que podría estar sufriendo algo más como por ejemplo un ictus.